La economía de Argentina está (una vez más) al borde del colapso. La reducción de la base monetaria y las altas tasas de interés, pueden ser la estocada final para la economía sudamericana.

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) restringió la base monetaria desde inicios de octubre pasado hasta junio de este año, luego de que tuviera aumentos mensuales de 2% en los meses pasados.

La medida pretende reducir la inflación “y recuperar un ancla nominal para la economía”, condición puesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para otorgarle una ayuda financiera, a cambio de un plan para poner en orden las finanzas públicas.

“La estrategia monetaria, revelada en octubre, ha cumplido sus objetivos, pero todavía no ha impedido la volatilidad de la moneda o la inflación”, dijo la agencia calificadora Fitch en un reporte.

Fitch ahora espera que, a fin de año la inflación sea de 38% después de que las cifras mensuales aumentaron cerca de 4% en febrero y la inflación anual más de 50%”, dijo la calificadora en un reporte.

La restricción de la base monetaria y las altas tasas de interés solo pueden significar una cosa para los consumidores y empresas: menor liquidez y elevados costos para obtener un crédito. La tasa de las Letras de Liquidez cerró en 67.91% el jueves. De esta manera, la economía se reduce, no hay créditos y la quiebra de empresas se eleva.

Se van acercar a las elecciones y pueden tener una corrida contra el peso argentino, lo mejor para ellos (el gobierno) es que no haya liquidez y que el crédito sea muy caro. Cuando las grandes tesorerías de las empresas y fortunas tienen liquidez se convierten en dólares de una manera masiva

comentó Joel Martínez, director general de Visor Financiero.

La política monetaria extremadamente estricta hará bajar la inflación en el segundo semestre. Pero vendrá a expensas de condiciones crediticias muy estrictas, advirtieron economistas de Capital Economics en un reporte.

Argentina y el FMI acordaron un programa de ayuda financiera por 56,000 millones con una duración de 36 meses. Uno de sus principales objetivos es reducir del déficit primario a 1.3% del PIB en 2019 y tener un equilibrio fiscal en 2020, así como el fortalecimiento de la autonomía del BCRA.

“La economía de Argentina continuará bajo una fuerte presión en los próximos trimestres, y nuestros pronósticos de PIB están por debajo del consenso. Con un choque político en las elecciones de octubre, una posibilidad cada vez mayor, creemos que el riesgo de un incumplimiento soberano es mayor que lo que los mercados están evaluando”, dijeron los economistas de Capital Economics.

En este sentido estiman una caída de 2% en el PIB de 2019, un alza en la inflación de 47% y una tasa de desempleo de 10%.

Por lo pronto, pese a la restricción monetaria y a la elevada tasa de interés, en lo que va del año el peso argentino se ha devaluado 13.22%, luego de una caída de 50.56% en 2018, de acuerdo con datos de Bloomberg.