Hogares, trabajadores, empresarios y economistas están a la expectativa del plan para reactivar la economía que presentará el domingo el presidente Andrés Manuel López Obrador, en el que, para algunos, el mandatario se jugará la viabilidad económica del sexenio.
La pandemia del COVID-19 y la guerra de precios del petróleo entre Rusia y Arabia Saudita han puesto contra la pared a la economía mundial. Tan solo para México se espera una contracción económica de por lo menos 4.0% en 2020. En los Pre-Criterios Generales de Política Económica (PCGPE) para 2021, Hacienda recortó su estimado de crecimiento para este año a un rango de -3.9 y 0.1%.
La emergencia sanitaria que ha declarado el gobierno de México para aminorar el ritmo de contagios del nuevo coronavirus y evitar la saturación del sistema de salud ha significado el cierre de miles de negocios, lo que afectará la actividad económica.
La reducción en los ingresos del gobierno va a ser muy fuerte, y muy posiblemente el país vaya a tener que endeudarse, o bien recurrir a los famosos recortes de presupuesto para capear el temporal y reducir la probabilidad de que el desequilibrio fiscal conlleve un deterioro del riesgo país. En ese sentido, el déficit fiscal tanto primario como total estimado por el gobierno se queda muy optimista
dijo Alfredo Coutiño, director general de Moody’s Analytics para América Latina.
Con el nuevo escenario para 2020, Hacienda, comandada por Arturo Herrera, replanteó sus consideraciones para las finanzas públicas con un estimado puntual del PIB de -2.9%; así abandona el objetivo del superávit primario y ahora estima un déficit de 0.4% del Producto Interno Bruto (PIB).
Con esto, prevé que los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP) ascenderán a 4.4% del PIB y el balance público registrará un déficit de 3.3% del PIB.
“Si incurrimos en un déficit tan pequeño, va a ser difícil que la economía se caiga tan poco. La parte donde más se tensa el documento es en el que si haces una política contracíclica mas agresiva, sí podemos llegar a (una caída del PIB) -2, pero incurrirías en un déficit más grande. Si incurres en un déficit de -0.4% -que es muy pronto para decirlo, pero probablemente veríamos una caída más pronunciada”, dijo Héctor Villarreal, director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria CCCIEP.
Esto en un escenario en el que el presidente López Obrador se ha comprometido en no incurrir en un déficit fiscal, ni a contratar nueva deuda.
Aquí se está jugando en términos económicos el sexenio, a lo mejor lo macro es lo de menos, el sufrimiento que se puede generar entre tanta gente que vive al día, cierre de negocios, rompimiento de cadenas de producción, no es algo que yo vea probable, pero sí posible, nos podemos meter en un bache y mucho es evitable, pero tienes que ponerte a gastar
comentó Héctor Villarreal.
Además de algunos apoyos que ya han anunciado tanto el secretario de Hacienda, Arturo Herrera y el presidente López Obrador, los PGPE también contemplan por lo pronto 61,100 millones de pesos en apoyos que dará la banca de desarrollo, aunque aún faltan programas con fondos por definir.
Economistas de Intercam indicaron que será importante que las medidas de estímulo para contrarrestar la recesión este año estén bien fundamentadas y dirigidas (particularmente a evitar mayor desempleo, respaldando a pequeñas y medianas empresas), coordinadas con la política monetaria y que generen confianza dentro del sector privado.
De no ser así, el impacto económico del COVID-19 podría ser más profundo, la recuperación podría ser menor a la esperada y la constante necesidad de capitalización de Pemex deterioraría aún más las finanzas públicas, con riesgos crecientes de pérdida de grado de inversión y menor acceso a capitales para el financiamiento de las operaciones del gobierno.
Citibanamex, en tanto, señaló que un impulso fiscal sin un rediseño mayor de las prioridades fiscales no es recomendable. Pero, si los recursos se encaminan a combatir la emergencia (en lugar de Pemex), el gobierno puede encontrar algún espacio.
En su escenario macroeconómico actual, la razón deuda neta a PIB se incrementaría a 51.9% al cierre de 2020 desde 45.3% de 2019. Si en lugar de un déficit primario de 0.5% del PIB este año se pasara a un déficit de 3.5%, el “impulso fiscal” sería de 4% del PIB o 950,000 millones de Pemex.
Para los especialistas, el paquete de reactivación que se anuncie el domingo es clave para evitar un mayor deterioro de la economía.
De acuerdo al estimado de contracción en Estados Unidos (-2%), la economía mexicana debería caer entre 3.5 y 4%, aunque dada la circunstancia de que ahora el golpe global es mayor por la paralización de la actividad en los principales centros mundiales, entonces la caída en México podría superar el 5% en 2020
comentó Alfredo Coutiño.