El aumento en el pago de impuestos de personas con mayores ingresos ha tomado un lugar en el debate en una economía pospandemia y el director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner, instó a los gobiernos de América Latina a hacer que los ricos paguen “mucho más”. 

Werner planteó que la región más desigual del mundo no se desarrollará a menos que aborde las demandas de un sistema económico más justo, dijo en entrevista para el Financial Times. 

La aplicación de este tipo de impuestos a la propiedad son “infrautilizados” y serían un buen lugar para comenzar en América Latina. 

Es necesario tener un sistema tributario mucho más progresivo donde (…) los segmentos más altos de la población pagan mucho más y luego hay que tener un sistema económico en el que la competencia económica sea mucho más fuerte de lo que es hoy,

dijo

“América Latina no puede ser la región más desigual del mundo y saltar a la siguiente etapa de desarrollo económico”, agregó Werner. 

Además Werner, quien dejará su encargo en agosto, dijo que es probable que se revise al alza el pronóstico actual del FMI de crecimiento económico del 4.6% en América Latina este año, en parte porque las economías han podido mantener la actividad a un nivel más alto de lo esperado, a pesar de las continuas infecciones por COVID-19.

“La correlación entre la actividad económica y la tasa de contagio es mucho más débil ahora que en [el segundo trimestre] del año pasado”, dijo al diario británico.

Para aminorar el impacto de la crisis, algunos gobiernos de la región apostaron a adquirir deuda y ayudar a los sectores económicos, pero en México la apuesta del gobierno fue otra, lo cual “habría estado mucho mejor” con algún tipo de ayuda, puntualizó Werner. 

Los cambios tributarios son necesarios e impulsarán los ingresos para reparar las finanzas públicas en toda la región, según Werner, pero la experiencia de Colombia muestra la necesidad de acuerdos amplios sobre reformas económicas que van más allá de la clase política tradicional.

“El entorno político es muy difícil para la implementación de reformas y, por lo tanto, los países deberán ser muy cuidadosos al diseñar estas reformas, al involucrarse con la población en general y eventualmente a generar consenso (…) porque estas reformas son necesarias ”, dijo.

“De no ser así, veremos una inestabilidad significativa que perjudicará al empleo, perjudicará la recuperación, perjudicará los indicadores sociales. Es un paisaje muy difícil”, dijo Werner al FT.