La Reserva Federal de Estados Unidos relajó su política monetaria en enero y la Junta de Gobierno del Banco de México va a festejarlo durante este año, en el que las posibilidades de un mayor encarecimiento del dinero, es decir, de aumentos en la tasa de interés referencial, se ha reducido.

En la reunión de política monetaria del 30 de enero, la Reserva Federal (Fed) mantuvo su tasa en un rango de 2.25 y 2.5%, en línea con las expectativas del mercado; no obstante dejó la puerta abierta a la posibilidad de otro aumento durante los próximos 11 meses.

“Creemos que el nivel de la política actual es apropiado por ahora (…) Los argumentos para elevar las tasas se han debilitado un poco”, dijo Jerome Powell, presidente de la Fed, en la conferencia de política monetaria del 30 de enero.

Para el caso de México, el viento sopla a favor.  Algunas de las proyecciones económicas de los analistas son optimistas y esperan que, además de que la Fed mantenga su tasa, el Banco de México (Banxico) inicie un ciclo de ajustes a la baja, que también se incentiva ante menores presiones en la inflación, que en enero se desaceleró a 4.37%, la menor tasa en dos años.

Capital Economics prevé un recorte de 75 puntos base en 2019 y otro de 100 puntos base hacia 2020, que llevarían a la tasa de referencia a ubicarse en 6.50% desde el actual 8.25%.

Grupo Financiero Monex también descarta que durante este año se eleve el precio del dinero, como resultado del desvanecimiento de las presiones inflacionarias, aunque espera que el resto del año, la tasa se mantenga en 8.5%.

Independientemente de la posible pausa de la Fed, Banco de México debe considerar las presiones inflacionarias, pero existe un amplio margen de maniobra para que se mantenga la línea respecto a la política monetaria estadounidense

 James Salazar, subdirector de análisis económico de CIBanco.

Los retos para el crecimiento

Los especialistas coincidieron en que el consenso del mercado ha descontado la posibilidad de nuevos incrementos en la tasa de interés estadounidense y es una noticia que hace más atractiva la inversión en pesos mexicanos, ya que los activos locales adquieren un atractivo extra dado el diferencial de tasas.

Pero el margen de maniobra que la Fed puede otorgar a Banxico al no subir más la tasa de interés no será suficiente para que el gobierno cumpla la meta de crecimiento que tiene prevista para este año (2%), pero reduce la negatividad para el dinamismo de la actividad económica.

Menores tasas de interés o bien que Banxico no vuelva a elevar su tasa de interés, le dan un respiro a la economía y a los consumidores al no enfrentar un encarecimiento del crédito, mientras que para el gobierno representa menores costos de endeudamiento.

(El gobierno federal) tiene poco margen en proyectos de inversión. Hace falta un componente de incentivo para la inversión privada y extranjera para calmar las dudas que existen en este tema

Carlos González, director de análisis de Monex.

En este sentido, los analistas no son tan positivos como Hacienda, y esperan un crecimiento económico para este año desde 1% -como Bank of America-Merril Lynch- a 1.8%.

Capital Economics estima un crecimiento de 2.5% al cierre del 2019, derivado de los programas sociales del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y sus efectos en el consumo.