La inflación en Estados Unidos y México será uno de los indicadores económicos que más seguirán los inversionistas en los próximos meses.
En Estados Unidos, una robusta economía ha llevado a una tasa desempleo históricamente baja y un alza de salarios. Pese a ello, existen dos preocupaciones latentes sobre este indicador: las tensiones comerciales con China y un sobrecalentamiento de la economía, en buena medida por la reforma fiscal que implementó el gobierno del presidenteDonald Trump.
La economía estadounidense luce sólida, pero con una mayor deuda y mayor déficit en buena parte provocada por la reforma fiscal, de acuerdo con Gabriela Siller, directora de análisis económico y financiero de Banco Base.
La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) estima hasta el momento elevar su tasa de interés una vez más en diciembre y tres veces en el 2019, pero si la inflación repunta, el escenario cambia y eso implicaría un escenario pesimista.
“Si la Fed sube más rápido de lo esperado su tasa, puede invertir la curva de las tasas de bonos (los de corto plazo pagarán más que los de largo plazo) y el mercado puede tomarlo como la antesala de una recesión en Estados Unidos”, comentó Siller en conferencia de prensa.
México tiene lo suyo
México atraviesa por su propia presión. En septiembre la inflación subió 5.02%, por arriba del objetivo del Banco de México (Banxico) de 3% +/- un punto porcentual.
Si la inflación no cede y mantiene su repunte, Banxico puede elevar 25 puntos base su tasa de interés en diciembre, ubicándola en 8%.
La inflación está fuera del objetivo de Banxico, en buena medida por los incrementos de los energéticos en los últimos meses, y se espera que esta presión continuará.
Lo anterior porque las tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Arabia Saudita pueden contribuir a un panorama más incierto sobre el precio petróleo. El país de Medio Oriente puede determinar bajar su producción y con ello elevar el precio del energético.
Lo que puede llevar al precio del barril del crudo referencial WTI hasta los 85 dólares por barril, para finales del año, de acuerdo con estimaciones de Banco Base.
Por lo que Siller comentó que, con un precio del barril en 87 dólares, las presiones inflacionarias se harían –de nueva cuenta- presentes en México.