Irene Espinosa, subgobernadora de Banco de México (Banxico), fue el voto disidente en la última decisión de política monetaria, cuando se determinó bajar en 50 puntos base la tasa de interés a un nivel de 4.50%.
Espinosa votó porque el recorte fuera de 25 puntos base.
La inflación persiste por encima del objetivo del banco central, continúa al alza, ha rebasado recientemente los pronósticos de corto plazo y sus expectativas se han incrementado
dijo Espinosa, de acuerdo con la minuta dada a conocer este jueves.
Durante la primera quincena de agosto, la inflación anual se aceleró a 3.99%, su mayor nivel desde la primera quincena de julio de 2019, de acuerdo del INEGI. El objetivo de inflación de Banxico es de 3%, +/- 1%.
Este comportamiento, en medio de la más severa recesión histórica, sugiere que debemos reconsiderar la influencia desinflacionaria atribuida al componente cíclico de la actividad económica
comentó Espinosa.
Temores por la inflación fortalecen el sentimiento halcón en Banco de México
Otro punto por considerar, de acuerdo con la subgobernadora de Banxico, son los flujos de salida de inversionistas extranjeros.
“Ello apunta a un menor espacio para el relajamiento monetario, por lo que debemos ajustar el ritmo para reforzar la convergencia de la inflación y sus expectativas a la meta de 3%”, dijo Espinosa.
Alejandro Díaz de León Carrillo, Gerardo Esquivel Hernández, Javier Eduardo Guzmán Calafell y Jonathan Ernest Heath Constable votaron a favor de reducir el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria en 50 puntos base.
Balance de riesgos para inflación, incierto
Los riesgos inflacionarios empiezan a tomar relevancia entre los miembros de la Junta de Gobierno de Banxico.
La mayoría de los miembros dijo que la evolución de la inflación no subyacente ha respondido, principalmente, al comportamiento de los precios de los energéticos. Destacó que estos han aumentado después de la fuerte caída en marzo y abril, lo que ha contribuido al repunte de la inflación no subyacente
Todos los miembros mencionaron que al interior de la inflación subyacente se observan efectos en sentidos opuestos, disminuyendo las variaciones anuales de los precios de los servicios y acelerándose las de las mercancías, con elevadas variaciones anuales en los alimentos.
La mayoría comentó que los precios de los servicios han reflejado la debilidad de la demanda. Respecto de los precios de las mercancías, destacó que están siendo afectados por choques de oferta y demanda, y por los ajustes cambiarios.
La mayoría dijo que los ajustes recientes en la inflación propiciaron un aumento en las expectativas de la inflación general para el cierre de 2020, mientras que las de largo plazo se han mantenido en niveles superiores a la meta de 3%.
En este contexto, la mayoría comentó en que el balance de riesgos para la inflación se mantiene incierto.