Durante septiembre, la inflación en Estados Unidos registró una tasa anual de 5.4%, hilando su quinto mes por arriba de 5%, informó el Departamento de Trabajo estadounidense.
De esta forma, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) volvió al nivel observado en junio y julio, que representó su mayor subida desde 2008.
El nivel de inflación en Estados Unidos registrado en septiembre superó las estimaciones en una décima de punto porcentual, ya que las proyecciones apuntaban a que se mantendría en el 5.3% consignado en agosto.
En su comparación mensual, el avance del IPC fue de 0.4%.
De acuerdo con el informe, los índices de alimentación y vivienda contribuyeron más de la mitad del aumento mensual desestacionalizado de todos los artículos.
El índice de alimentos subió 0.9%; el de energía aumentó 1.3%; mientras que el de gasolina 1.2%.
Los seguros de vehículos también aumentaron en septiembre, por el contrario, los índices de tarifas de aerolíneas, indumentaria, autos y camiones usados, disminuyeron durante el mes.
La inflación subyacente, que excluye los precios de alimentos y energía, incrementó 4% a tasa anual y 0.2% respecto al mes previo, en línea con lo esperado por analistas encuestados por Bloomberg.
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De acuerdo con el medio, una combinación de factores como desafíos logísticos, la escasez de materiales, los altos precios de las materias primas y el aumento de los salarios han subido drásticamente los costos para los productores.
Esto ha llevado a que parte de los costos se transfieran a los consumidores, lo que ha provocado una inflación más persistente de lo previsto, incluso por la propia Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).
El informe podría reforzar la inclinación de la Fed para comenzar a reducir sus compras de activos pronto, en especial porque los desafíos de la cadena de suministro que afectan a las empresas muestran pocas señales de disminuir.