El próximo mes los países que integran el G20 celebrarán una reunión de la que se espera surjan los acuerdos generales para establecer el impuesto mínimo global de 15% a las empresas multinacionales, principalmente plataformas digitales como Netflix, Amazon o Facebook.

México, uno de los países miembro del G20, está listo para que dentro de un mes se ponga sobre la mesa el acuerdo de este impuesto, como un camino de reactivación para el país, luego de más de un año golpeado por la crisis derivada de la pandemia por COVID-19. 

Para generar un crecimiento que sea sustentable, México se enfrenta a un escenario en donde la salida del país a ese nuevo crecimiento va a requerir de nuevos recursos, afirmó en entrevista con El Heraldo el secretario de Hacienda, Arturo Herrera.

La idea del impuesto mínimo global radica en que no hay claridad en cómo operan Netflix, Facebook u otras plataformas digitales, lo que ha dificultado gravarlas, sobre todo a las empresas del sector digital, dado que el impuesto mínimo global está pensado para ese tipo de plataformas, dijo.

El titular de Hacienda recalcó que es de suma importancia para México, al ser la décimo quinta economía del mundo, que se defina que lo que se consume en el país no está siendo gravado en otro lado.

Ese va a ser un primer gran acuerdo y tendrá consecuencias inmediatas: va a evitar que las empresas traten de trasladar legalmente sus actividades de un país donde la están realizando, a otro de baja tributación, porque el impuesto será el mismo

Arturo Herrera, secretario de Hacienda

Contexto y antecedentes

Dado que en algunos países no hay aplicación de impuestos o la carga fiscal es baja, las plataformas suelen establecer su residencia en estos lugares con el objetivo de que, al obtener ingresos por sus actividades, la carga fiscal sea la mínima posible.

En un evento de octubre del 2019, donde participaron representantes de Google, Mercado Libre, así como del SAT, quedó que aún faltaba tiempo para resolver esta situación.

Esto debido a que, al ser una actividad que involucra varios países, éstos no podían regular de manera individual la aplicación de impuestos, a pesar de que cada quien tenga sus leyes fiscales propias, recordó el contador público Gustavo Lara en entrevista.

Sin embargo, este no es el primer antecedente. En 2013, los países de la OCDE y el G20 adoptaron un plan de acción con el objetivo de combatir la erosión de la base fiscal, año en el que también se gestó el impuesto mínimo global, destinado originalmente a empresas digitales.

A estos antecedentes se suma la reciente reunión de primavera del Banco Mundial, en la que el gobierno de Estados Unidos instó a la adopción de un impuesto mínimo global, explicó César Catalán Sánchez, integrante de la comisión técnica de fiscal internacional del Colegio de Contadores Públicos de México.

Posibles escenarios

En materia de recaudación, México ya tiene un régimen fiscal antiparaísos que maneja un impuesto de 22.5%, recordó Catalán Sánchez, quien augura que el debate del impuesto mínimo global radicará en el nivel definitivo de la tasa, cuya propuesta establece un 15%. 

En un escenario viable, pero aún inexistente, una posible estrategia fiscal de las empresas de plataformas digitales sería buscar afincarse en países como México y buscar tratados de doble tributación para beneficiarse de ello, comentó Guillermo Mendieta, del despacho Mendieta & Asociados.

Dentro del G20, México es el país que tiene la tasa más baja, por lo que representa una opción para las plataformas, además de que tiene tratados de doble tributación, agregó el especialista.

En ese sentido, Mendieta precisó que eso sí sería ventajoso para México una vez alcanzado un acuerdo con el G20.

“Un escenario ideal permitiría a Hacienda acercarse con las empresas para que paguen menos a cambio de instalar su centro de operaciones en el país como un incentivo de inversión, a la par de analizar los acuerdos de doble tributación”, aseveró Mendieta.

Por su parte Jorge Bravo, director general de Digital, Policy & Law, dijo que la finalidad es que no sea un impuesto muy abultado, pues el objetivo es crear una ‘cancha pareja’ para que no existan países más competitivos que otros en materia fiscal.