La crisis económica por la pandemia evidenció la vulnerabilidad en la que se encuentran las finanzas públicas del país y del desafío que enfrenta el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para cubrir gastos en salud, pensiones, deuda e inversión pública en los próximos tres años de su administración. 

México es uno de los países en Latinoamérica que menos recursos recauda como porcentaje del del Producto Interno Bruto (PIB) y para elevar sus ingresos, se propuso aplicar un impuesto temporal a la riqueza. Sin embargo, con esta medida tomaría 10 años recaudar apenas 1.5 puntos del PIB. 

No se puede esperar un aumento de la recaudación muy alto. Estaríamos más cercanos a 1.5 o 2 puntos del PIB y ello tomaría al menos una década porque se requiere mucha actualización y modernización de los mecanismos administrativos

indicó Rodolfo de la Torre, director especialista en desarrollo social con equidad del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). 

Se podrían obtener algunas décimas del PIB que provendrían de las ciudades que tienen un mayor avance en su registro de la propiedad, explicó el economista del ITAM y maestro en Filosofía de la Economía por la Universidad de Oxford.

El diputado morenista Alfonso Ramírez Cuellar, propuso que los millonarios mexicanos aporten por única ocasión entre 2% y 3.5% de sus fortunas para atender las crisis económica y sanitaria que provocó el COVID-19.

Al aplicar un impuesto de 2.5% a los patrimonios de 20,000 millones de pesos se podrían recaudar 50,000 millones de pesos provenientes de 12 familias millonarias, dijo el legislador con datos del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG).

Esta recaudación representa 0.3% del PIB que se registró al cierre del 2020 por 17.53 billones de pesos, de acuerdo con datos del Inegi.  

De la Torre comentó que para lograr una significativa recaudación de cuatro puntos del PIB, el país necesita un sistema de registro de la propiedad que sea confiable sobre quiénes son los propietarios y cuánto valen los bienes. 

Además, se debe determinar cómo se cobraría este impuesto, pues si se cobra a nivel estatal o municipal se tendría que cambiar la regulación para que se pueda centralizar esa recaudación, comentó.  

Se debe estimar capital neto de las personas 

Si bien organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) se han mostrado a favor de un impuesto temporal a la riqueza, para México no sería tan fácil como parece. 

Para poder cobrar este impuesto se debe estimar un capital neto de las personas, dijo Mariana Campos, coordinadora del programa de gasto público y rendición de cuentas de México Evalúa. 

Este capital deberá contar con un método para su aplicación hecho por una área especializada del Servicio de Administración Tributaria (SAT), lo cual no es nada barato, comentó la economista del ITAM y maestra en Políticas Públicas por la Universidad de Carnegie Mellon.

 La motivación de este impuesto surge para atender la emergencia del COVID-19, pero primero se debe tomar en cuenta cuánto tiempo se va a tomar para montar el área especializada y calcular ese capital de los contribuyentes. Es un impuesto que realmente no dará recursos en el corto plazo

En algunas ocasiones se llega a confundir el impuesto a la riqueza y el impuesto al ingreso, pero son diferentes. En el primero se grava la acumulación del patrimonio que tiene una persona por cualquier medio, ya sea  por una herencia o porque se ganó la lotería. El impuesto al ingreso es sobre el flujo de recursos que recibe una persona de su salario. 

Crecería evasión 

En México si bien no existe directamente el impuesto a la riqueza, los contribuyentes pagan impuestos sobre sus ingresos con el ISR,  de propiedades con el predial y si tienen inversiones pagan los impuestos sobre dividendos.

Las personas o empresas van a tratar de evitar el pago de ese impuestos o bien, van a preferir ya no establecerse en México; entonces, se limita la inversión, el consumo de las familias y el gobierno perdería el ingreso que obtenía de otros impuestos que cobra

expuso Leticia Armenta, directora del Centro de Análisis Económico del  Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.

Para la economista es claro el comportamiento que tendría cualquier empresa o persona a la que se le quiere aplicar un impuesto, incluso, recordó el caso del actor francés Gerard Depardieu, quien logró cambiar su nacionalidad para evadir el pago de impuesto a la riqueza. 

Impuesto mínimo global a empresas será un respiro para mitigar crisis 

¿Y la desigualdad? 

La pandemia del COVID-19 no solo ha evidenciado las deficiencias del gobierno, sino también la de un sistema en el que, a pesar de la cruda crisis que atraviesa el país, las personas más acaudaladas no se ven afectadas y las más vulnerables sí. 

Es claro que algo no está funcionando, lo que hemos visto es que los 20 multimillonarios de México han elevado más su riqueza y ese crecimiento no se ve de manera proporcional en la recaudación del país, comentó De la Torre.

Para el economista, el impuesto a la riqueza es uno de los elementos que sí puede ayudar en largo plazo a reducir la desigualdad, pero es limitado y no debe considerarse la única opción o salida para reducir el problema de la desigualdad. 

Mientras existan paraísos fiscales, simplemente la riqueza se va a mover a donde se cobren menos impuestos

Campos opinó que el impuesto a la riqueza “solo está de moda” y que políticamente puede ser muy rentable en elecciones, “pero lo que muestra la historia es que si hay un impuesto resistente ante las crisis es el IVA y ello se demostró en crisis pasadas como la del 1994 y la del 2008-2009”. 

Armenta concluyó que en vez de concertar esfuerzo sobre el impuesto a la riqueza y su efecto para reducir la desigualdad, la pregunta debería ser ¿por qué en México sigue manteniendo un nivel tan bajo del ingreso?