Durante el último mes de 2023, periodo caracterizado por una elevada derrama, la economía mexicana se contrajo, hilando tres meses con disminuciones. Estos resultados avizoran un inicio de año complicado.
De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) cayó 0.05% a tasa mensual durante diciembre pasado.
Esta variación negativa significó registrar tres descensos de forma consecutiva, es decir, la economía del país se desplomó en el último trimestre de 2023; esta baja la encabezaron la manufactura (-1.25%) y la construcción (-0.61%).
Si bien para que se entre en una fase recesiva se requieren, mínimo, medio año con caídas, el último trimestre con disminuciones prende el foco de alerta sobre este posible escenario.
A tasa anual, el IGAE creció 2.1% en diciembre de 2023, que además de hilar tres meses trazando una tendencia de desaceleración, fue el peor resultado en los últimos dos años.
Fortaleza en primer semestre
Para Banorte, los próximos meses estarán marcados por una fortaleza en la economía del país, siendo el consumo el principal catalizador, particularmente por el incremento de los ingresos disponibles en los hogares, impulsados por:
- El aumento de 20% el salario mínimo y su impacto en el resto de las percepciones de la economía –con el salario medio de cotización del IMSS avanzando 10.4% anula nominal en enero
- El ajuste al alza en los pagos de los programas sociales –destacando las pensiones para los adultos mayores, que se incrementaron de 4,800 a 6,000 pesos por bimestre
- Los pagos adelantados ante las restricciones asociadas al periodo electoral, con aquellos correspondientes al periodo marzo-junio entregados entre enero y febrero
Estos factores se unirán a un mercado laboral que sigue mostrando poca holgura, una expectativa favorable para las remesas (a pesar de una estacionalidad adversa en el primer trimestre) y la continuidad en el dinamismo del crédito bancario
mencionaron analistas del grupo financiero en una nota.
En inversión, mantiene una visión positiva, con la construcción como el pilar y cuyo desempeño vendrá de los esfuerzos por concluir las obras insignia del gobierno federal, con la meta en varias –incluyendo al Tren Maya– antes de la elección.
A lo anterior se suman los proyectos de construcción industrial por el nearshoring, la previsión de que aumente a tasas elevadas la maquinaria y equipo importado si continúa la fortaleza del peso y la creencia de que la contribución del gasto gubernamental será más alta que en años previos.
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