La Secretaría de Hacienda y Crédito Público informó este viernes que reactivará el estímulo fiscal al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) con el objetivo de no aumentar los precios de las gasolinas en términos reales durante 2021.
De esa forma, los energéticos no tendrán incrementos mayores a la inflación de un año a otro. El estímulo fiscal será vigente a partir del sábado 6 de febrero.
A través de un comunicado de prensa, Hacienda explicó que la medida se da en un contexto en el que los precios de los combustibles no son fijados por el gobierno, sino que dependen de las condiciones de los mercados.
La economía de consumidores finales se puede ver afectada debido a movimientos en las referencias internacionales de los combustibles, sobre todo al considerar que los ingresos generales por eso recursos han disminuido debido a una reducción mundial de la demanda de energéticos a raíz de la crisis sanitaria de COVID-19.
El estímulo del #IEPS tiene un diseño #contracíclico que #estabiliza el precio de los combustibles y evita incrementos abruptos por alzas en #precios internacionales del petróleo, #referencias de combustibles y #tipo de cambio: en tanto estas variables suban, el estímulo aumenta. https://t.co/5CWNbvTcpC
— Gabriel Yorio (@GabrielYorio) February 5, 2021
El 2020 fue un mal año para la demanda del petróleo, e incluso se registraron precios negativos, con lo que Hacienda prefirió no aplicar el estímulo fiscal al IEPS, indicó Adrián García, experto en impuestos del Centro de Investigación Económica Presupuestaria (CIEP).
La baja de demanda que se generó por el paro de la economía hizo que el precio del petróleo fuera bajo, por lo que el precio de la gasolina se quedó bajo y al ser bajo se cobró por completo el IEPS
El estímulo fiscal permite que los consumidores no absorban un incremento abrupto en los precios internacionales de la gasolina ni la volatilidad en el tipo de cambio, expuso García.
Si los precios internacionales se elevan de manera significativa, Hacienda reduce el IEPS que se cobra a los consumidores y con ello mitiga el incremento que podría tener el precio final.