La reactivación de la producción de petrolíferos es uno de los principales objetivos de la nueva administración, que busca revivir a Pemex. En este escenario, parece haber dejado de lado a las energías renovables.
El Proyecto de Nación que Andrés Manuel López Obrador presentó antes de llegar a la presidencia establece que dará prioridad a la transición para el uso de energías eólica, solar y pequeña hidráulica. Para ello diseñaría una estrategia de investigación y desarrollo con visión de largo plazo.
En el documento proyecta el reemplazo de los combustibles fósiles para la generación de electricidad y el incentivar su autogeneración e incluso establecer cuotas obligatorias para la producción y el consumo de electricidad verde.
No obstante, la producción petrolera parece ser el principal objetivo, por lo que los especialistas esperan que el gobierno considere otras industrias en el Plan Nacional de Energía que presentará en marzo.
La industria de las energías renovables debe tender puentes con la nueva administración, porque pareciera que no creen en ellas y que su uso es para países desarrollados. Eso es un reflejo de la visión arcaica que tienen del sector
Gonzalo Monroy, director general de la consultora GMEC.
El país alcanzó una generación de energía de 167,893.15 de gigawatt por hora (GWh) en los primeros seis meses de 2018, de acuerdo con datos de la Secretaría de Energía (Sener). De este total, 75.88% corresponde a energía fósil, 17.29% a renovables y 6.83% a otras energías limpias, como la nuclear.
A nivel internacional, la implementación de tecnologías para masificar el uso de las energías va en aumento y ha llevado a establecer acuerdos internacionales que pretenden reducir la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que dañan al planeta.
México se comprometió a reducir 25% de sus emisiones de GEI para 2030 ante el Acuerdo Marco de la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre Cambio Climático. Por lo que, de acuerdo con Monroy, el gobierno de López Obrador debe evaluar si con su estrategia, el país puede cumplir dichos objetivos.
México no es novato en la industria. La energía generada en el país procedente de fuentes limpias debe ser de 35% en 2024 y el 50% en 2050, según la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
La generación de energía por fuentes limpias alcanzó 24.12%, es decir 40,499.01 GWh, cifra que quedó por menos de un punto porcentual para cumplir la meta del 25% de generación de energía limpia establecida por México en la Ley de Transición Energética, de acuerdo con Sener.
Electricidad, en riesgo
El Centro Nacional de Control de Energía canceló la Cuarta Subasta Eléctrica a inicios de este mes, medida considerada por Deloitte como uno de los mecanismos que darían impulso a la generación de energía renovable.
A esta acción se suma la cancelación de la licitación de la línea de transmisión de corriente que conectaría a Ixtepec, Oaxaca, con Yautepec, Morelos y que abastecería de energía eólica al centro del país.
La cancelación de los proyectos puede suponer un problema para llevar energía a algunas localidades en la zona norte del país, la Península de Yucatán y El Bajío.
Por ahora, lo que el país requiere es que Pemex aproveche las oportunidades que brinda la reforma que se aprobó en 2013 y deje de ser vista por las autoridades como un productor de hidrocarburos, comentó Monroy.
“Hace falta una visión integral de la industria y la articulación de un plan maestro que que permita transformar a las empresas del estado en compañías de energía”.
Las subastas y el mercado de Certificados de Energías Limpias habían captado la atención de inversionistas en 2016, cuando se hicieron dos licitaciones de cobertura de energía eléctrica. En la primera hubo 18 ofertas seleccionadas de 11 empresas de México, Italia, Estados Unidos y China, entre ellas la CFE.
En la segunda hubo 23 ganadores.