Los recursos que destinó el gobierno de Andrés Manuel López Obrador al pago de nómina, remuneraciones, seguridad social y otros gastos de servicios para el mantenimiento de la burocracia del gobierno federal, fueron 5.3 veces más que al gasto que se transfirió a la inversión pública durante los primeros ocho meses del 2021.

En medio del proceso de reactivación económica del país, el gasto a la burocracia ascendió a 210,441 millones de pesos en el periodo enero-agosto, mientras en inversión física llegó a 40,028 millones, dando una diferencia de 5.3 veces, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Si bien por los efectos de la pandemia ambos capítulos presupuestarios registraron disminuciones, la caída más pronunciada se dio en inversión pública, con una tasa anual de 5.8% en términos reales; mientras que el descenso en servicios personales fue de 4.3% anual.

Además, pese a la política de austeridad de la administración federal, la diferencia de 5.3 veces entre el gasto de servicios personales y el de inversión, significó la mayor brecha desde que se tienen registros, considerando sólo los primeros ocho meses de cada año. 

En el 2020 la diferencia fue de 5.2 veces; en el 2019, de 4.4; en el 2018, de 3.3; en el 2017, de 3.5, y en el 2016, la diferencia fue de 2.7.  

Entre más grande sea la brecha, mayores recursos se destinaron a servicios personales, en el que se concentran los gastos de remuneraciones (permanentes, transitorias, adicionales y especiales), erogaciones del gobierno federal por concepto de seguridad social y seguros; así como pagos por otras prestaciones sociales y económicas, de estímulos a servidores públicos.

La inversión física corresponde a los recursos que van para la adquisición de bienes muebles, inmuebles e intangibles, en donde se incluye la compra de edificios, mobiliario, equipamiento de naturaleza diversa, sistemas informáticos, vehículos y equipo de transporte, entre otros, así como las asignaciones para obra pública y proyectos productivos y de fomento.

Es decir, es toda erogación por la cual se genere, directa o indirectamente, un beneficio social que detone la actividad económica. 

Gasto en obras públicas es menor al gasto en servicios generales

El gasto directo del gobierno federal se divide en dos capítulos: corriente y de capital. En el primero se encuentran servicios personales y otros gastos (materiales y suministros, servicios generales y otras erogaciones), y en el segundo, inversión física (bienes muebles e inmuebles, obra pública y otras erogaciones) e inversión financiera.

Análisis CEO comparó los principales rubros de los subcapítulos referidos: servicios generales y obra pública. 

Los recursos de servicios generales, que son asignaciones destinadas a cubrir el costo de todo tipo de servicios que se contraten con particulares o instituciones del propio sector público, así como los servicios oficiales requeridos para el desempeño de actividades vinculadas con la función pública, fueron por 53,058 millones de pesos en el periodo enero-agosto del 2021.

Por su parte, el apartado de obra pública, que son las asignaciones destinadas para construcciones en bienes de dominio público y para construcciones en bienes inmuebles propiedad de los entes públicos (incluye los gastos en estudios de preinversión y preparación del proyecto) ascendió a 14,358 millones de pesos. 

La diferencia entre estas dos cifras fue de 3.7 veces, a favor de servicios generales, el mayor nivel registrado, demostrando que a pesar de los estragos de la pandemia y de la bandera de política de austeridad, el actual gobierno federal no pretende reactivar a la economía mexicana este 2021 mediante la detonación de proyectos.