Rodrigo A. Rosales

El gasto de los gobiernos federal, estatal y municipal restó a la recuperación económica de México durante el tercer trimestre del año en curso.

La importancia del consumo de los gobiernos en la actividad económica del país radica en que aporta 12% del Producto Interno Bruto (PIB), por el lado de la demanda. 

El consumo del gobierno cayó 2.29% a tasa trimestral desestacionalizada en el periodo julio-septiembre del 2021, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).  

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Dicha caída significó el peor resultado desde el segundo trimestre del año pasado (contracción de 3.19%), lapso de total confinamiento y paro de actividades no esenciales por la pandemia de COVID-19.

El consumo del gobierno comprende el gasto corriente total del gobierno en todos sus niveles institucionales, es decir, federal, de los estados y de los municipios, de la Ciudad de México, así como las instituciones de seguridad social.

El consumo de gobierno es uno de los componentes de la demanda global, que en el lapso referido creció 0.27% trimestral, el menor nivel observado en los últimos cinco trimestres. 

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Consumo privado también cayó y aportó menos al PIB

El consumo privado, el indicador más importante de la economía mexicana con una participación de 64.4% del PIB nacional, presentó una variación negativa de 0.36%, tasa que rompió la racha de cuatro trimestres al hilo con incrementos.

Los otros componentes de la demanda global mostraron alzas frente al trimestre anterior: las exportaciones de bienes y servicios se incrementaron 3.7% y la formación bruta de capital fijo aumentó 1.3% con cifras desestacionalizadas.

Si se consideran estas fuentes de crecimiento para el PIB real, como componentes de la demanda final, se observa que tanto el consumo privado como el consumo del gobierno impactaron de forma negativa en la economía mexicana.

Es decir, la caída trimestral de 0.43% del PIB nacional en el periodo julio-septiembre de este año, con ajuste estacionario, y que significó la primera contracción después de un año con incrementos, derivó de los desplomes en el gasto de los hogares y de las administraciones públicas.