El gasto administrativo del gobierno federal, es decir, los recursos asignados a rubros como sueldos y salarios, prestaciones de funcionarios, servicios básicos, publicidad oficial, viáticos, ceremonias oficiales, entre otras partidas, registró su mayor nivel en los últimos seis años.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Púbico (SHCP), el gasto burocrático ascendió a 3.4 billones de pesos durante el periodo enero-noviembre de 2024.
Este monto dio un crecimiento anual de 5.9% en términos reales, que para igual lapso de comparación, representó, en el último año del gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, su alza más elevada desde 2018 (6.3%).
A diferencia del gasto corriente, el gasto administrativo no incluye las transferencias, asignaciones, subsidios y otras ayudas que se otorgan a otros entes públicos o a la ciudadanía con propósitos sociales (pensiones, subsidios, ayudas, donativos, entre otras)
detalla el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
Partidas del gasto burocrático
El gasto administrativo o burocrático de la Federación es la suma de los recursos dirigidos a las partidas de servicios personales, materiales y suministros, y servicios generales.
El primer caso se refiere a remuneraciones del personal al servicio de los entes públicos, como sueldos, salarios, dietas, honorarios asimilables al salario, prestaciones y gastos de seguridad social.
En materiales y suministros se consideran los insumos requeridos para la prestación de bienes y servicios, así como para el desempeño de las actividades administrativas.
Mientras los servicios generales cubren el costo de todo tipo de servicios que se contraten a particulares o instituciones del propio sector público, y los servicios oficiales requeridos para el desempeño de actividades vinculadas con la función pública.
Es decir, aquí se encuentran, además de los sueldos y salarios, honorarios y prestaciones, la compra de, por ejemplo, artículos de oficina; materiales de limpieza; alimentos y utensilios; medicinas; gasolina; viáticos; el pago de agua, luz, gas, internet, telefonía, etcétera.
Al alza
Además, se observa que en los primeros dos años de la administración obradorista, el gasto administrativo o burocrático se contrajo, cumpliendo sus promesas de campaña.
Sin embargo, en el transcurrir de la gestión de López Obrador estos recursos registraron alzas: -2.6% en 2019, -0.9% en 2020, 3.2% en 2021, 2.5% en 2022, 0.8% en 2023 y 5.9% en 2024.
En la práctica existe también un costo de oportunidad. Este equivale a los beneficios sociales que se dejan de obtener al no destinar dichos recursos a otras partidas o rubros de gasto que tienen un impacto directo y más claro en la población (programas de combate a la pobreza, becas, entre otros) y/o que contribuyen a incrementar el patrimonio público (inversión en infraestructura)
explica el IMCO.
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