La fortaleza del mercado laboral de México siguió imparable durante septiembre pasado, ya que solamente se ubicó en mínimos históricos el desempleo, sino también mejoraron las condiciones de trabajo.

Sin embargo, preocupa la asociación del desempeño positivo del mercado laboral con las presiones inflacionarias, es decir, un mayor empleo y un aumento salarial impulsan la demanda doméstica (alza en consumo), provocando un incremento en los precios.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el noveno mes del 2023 se registraron 1.60 millones de nuevos ocupados en territorio nacional respecto a igual periodo del año pasado, cifra de la cual 58.3% correspondió a mujeres.

Destaca que de los ocupados que ingresaron a laborar, 95.7% entró con acceso a instituciones de salud públicas y privadas; lo anterior va en línea con la modalidad de trabajo, ya que de los 1.60 millones de nuevos ocupados, 91.7% pertenece al sector formal.

Otra noticia positiva fue la tasa de desocupación, que en el mismo mes, con cifras desestacionalizadas, llegó a 2.70% de la población económicamente activa, que representó el menor nivel en los últimos tres meses, el segundo más bajo desde al menos el 2005, así como registrar 11 meses por debajo del umbral de 3%.

También se añade que la tasa de informalidad laboral se ubicó en 54.18% de los ocupados, que significó la segunda baja consecutiva y el menor nivel en los últimos 39 meses.

Condiciones de apretamiento del mercado laboral

Para Monex, varios de los indicadores del mercado laboral de México se encuentran cerca de su mejor estado posible.

De hecho, Banco de México ha expresado cierta preocupación de que la fortaleza en el empleo y los salarios puedan estar abonando a la persistencia de la inflación. En sintonía con la mejora de la tasa de desempleo, nuestra impresión es que las estadísticas laborales continúan sólidas y posiblemente las condiciones de apretamiento sean la constante durante varios meses

ahonda el grupo financiero.

Esto, agrega, seguirá facilitando el avance de la actividad económica del país, pero a la vez mantendrá vivos los riesgos sobre la dinámica de precios.

Menor ritmo

En tanto, Banorte estima que la actividad económica modere su ritmo de crecimiento en el cuarto trimestre del año, reconociendo una base compleja, así como algunos retos en el frente global y local:

  • Choques a la producción automotriz ante la huelga del sector en Estados Unidos
  • Renovadas presiones inflacionarias que podrían impactar algunas decisiones de producción y consumo

Sin embargo, agrega que las condiciones de estrechez prevalecerán, considerando que la demanda de trabajo en la construcción probablemente se mantendrá alta, además de algunos patrones estacionales que impulsarían al empleo en sectores como comercio y entretenimiento.

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