Aunque el agua es un elemento vital para el desarrollo de cualquier economía del mundo y aunque en México se han implementado acciones para proteger este recurso, el riesgo de desabasto es cada vez mayor, coinciden especialistas. 

Todos los mexicanos deberíamos estar involucrados en la crisis del agua, debido a que es un recurso esencial para todo el desarrollo de la economía, y por ello es fundamental atender esta crisis de forma inmediata

advirtió Juan Francisco Bustamante, presidente de la Asociación Mexicana para la Correcta Hidratación.

De acuerdo con un estudio elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en nuestro país las concesiones de agua distribuyeron un total de 89.6 miles de hectómetros cúbicos (hm3, unidad de volumen que equivale a un millón de metros cúbicos) durante el año 2020, esto con el objetivo de satisfacer las necesidades de cuatro distintos grupos de consumidores. 

Estados sin agua
Fotoarte: Fernando Ramírez

El 76% del total de agua concesionada se utilizó en el sector agropecuario (el riego de cultivos y actividades ganaderas).  

El 15% del total de agua concesionada fue para el abastecimiento público (domicilios, industrias y otros usuarios). 

El 5% del total de agua concesionada se destinó a la industria autoabastecida (empresas que se abastecen directamente de los cuerpos de agua del país).

El 4% restante del agua concesionada fue dirigido para las centrales termoeléctricas

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Actualmente este fenómeno continúa agravándose y a largo plazo podría tener “significativas consecuencias en la calidad de vida de la población y sobre la actividad económica”, señala un reporte elaborado por el Banco de México (Banxico). 

“El abanico de problemas económicos que se generan por el desabasto y la falta de calidad del agua es demasiado amplio”, explicó Bustamante. 

Realmente el tener una mala calidad de agua puede influir en los costos para la economía y de manera directa en la salud de las personas

agregó Julia Martínez, especialista del Tecnológico de Monterrey 

Los datos del IMCO muestran que México es vulnerable a sufrir sequías y esto afectaría gravemente a la economía, debido a que el 52% de su territorio está ubicado en zonas de clima árido o semiárido y en la última década este fenómeno ha aumentado. 

Específicamente durante el año 2021, en nuestro país se registraron un total de 8,491 sequías y esto provocaba un impacto económico debido al riesgo de la pérdida de cultivos. En el 71% de los casos esas sequías fueron severas, el 26% fueron extremas y el 3% fueron sequías excepcionales, es decir con una escasez total de agua.

Los efectos negativos de las sequías ya han afectado gravemente a las regiones centro y norte del país. 

“El desabasto de agua en México sería muy grave, se paralizaría todo y tendría un impacto muy importante”, consideró Janneth Quiroz, subdirectora de análisis económico en Monex. 

Atender la problemática del agua

El análisis del IMCO propone una serie de políticas públicas que se deben aplicar de forma urgente para atender la problemática del agua, específicamente desde los ángulos de regulación, infraestructura y gestión: 

  • Mejorar el monitoreo del uso del agua, principalmente en los sectores ganadero y agricultor.
  • Desarrollar proyectos climáticos eficientes, debido a que es fundamental reforzar la infraestructura para la gestión del agua. 
  • Invertir en la modernización y conservación de infraestructura, principalmente para atender la problemática de fugas y tomas clandestinas. 

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La problemática del agua se debe solucionar haciendo modificaciones al marco legislativo y para promover el uso racional del agua”, añadió Julia Martínez. 

Al aplicar eficientemente dichas políticas públicas se logrará obtener beneficios económicos a largo plazo

El Banco Mundial estima que la disponibilidad de agua en México se podría colocar por debajo de los 3,000 metros cúbicos (m3) por habitante al año, es decir una disponibilidad menor a los 4,000 m3 registrados en el año 2012. 

Se ha descuidado todo el ecosistema vinculado con el agua desde hace mucho tiempo, por lo que debe ser actualizado a las realidades de la población y las industrias en México

finalizó la especialista del Tecnológico de Monterrey. 

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