Después de años de estabilidad económica, 2019 luce complejo para México y el mundo. Temas propios del país y factores internacionales harán que reine un panorama de cautela.
La economía mexicana hila 35 trimestres de crecimiento y las expectativas del gobierno federal y de los analistas es que el próximo la economía crezca entre 1.50 y 2%. De acuerdo con la encuesta de expectativas económicas del Banco de México (Banxico), el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 1.8% el próximo año.
Entre los temas que pueden obstaculizar el alza del PIB están la incertidumbre política interna, problemas de inseguridad pública y la falta de Estado de Derecho, de acuerdo con la encuesta de Banxico.
Un punto de presión sobre distintas variables económicas, como el tipo de cambio, fue el anuncio de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco.
Por lo que ahora el gobierno busca recomprar el 30% de los 6,000 millones de dólares -colocados en bonos- para financiar parte del NAIM. Hasta el momento, los tenedores de los bonos no han cedido a la oferta de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Las acciones que el gobierno emprenda sobre el tema del NAIM pueden llevar a dos caminos: aumentar o deteriorar la confianza de los inversionistas sobre México. “En caso de que la deteriore, habrá una afectación en el flujo de capitales”, dijo Félix Boni, director de Análisis de HR Ratings.
Las preocupaciones que se puedan generar desde México se agregan a un escenario mundial, donde la principal preocupación es la desaceleración económica de las dos principales economías del mundo: Estados Unidos y China.
La desaceleración mundial
Los principales administradores de activos del mundo -BlackRock y Vanguard- son escépticos en que en 2019 la economía mundial caiga en recesión. En lo que coinciden ambos jugadores es que el próximo año habrá una desaceleración económica.
“Lo más probable es que haya una desaceleración en el crecimiento encabezada por los Estados Unidos y China. En pocas palabras, el crecimiento económico debería disminuir, pero sin llegar a extremos”, dice un análisis de Vanguard.
De acuerdo con sus estimaciones, el crecimiento económico en Estados Unidos en 2019 se desacelerará a 2% y en China se mantendrá cerca del 6%.
Sobre una posible recesión -la última vez que el mundo se sumergió en una fue en 2009- la probabilidad se mantiene relativamente baja.
“Sin embargo, las probabilidades de una recesión aumentarán de manera constante después de este periodo, con una probabilidad acumulada de más del 50% de que la recesión llegue a finales de 2021”, publicó BlackRock en un documento.
El escenario de desaceleración económica y, en el peor escenario de recesión, se da un contexto en que las principales economías del mundo están en una guerra comercial y en donde la Reserva Federal de Estados Unidos ha elevado su tasa de interés referencial, mientras que la zona euro, se encamina a reducir estímulos económicos.
“Estados Unidos muestra cada vez más signos tangibles de vulnerabilidad, su fragilidad económica se debe a la reducción de su hoja de balance y el drástico repunte de las necesidades de financiación del déficit fiscal de la Administración Donald Trump”, dijo Didier Saint-Georges, miembro del Comité de Inversión de Carmignac.
Si los problemas económicos no fueran suficientes, los vientos de descontento social que cuestionan la globalización económica y el libre comercio están presentes en varios países, agregó Saint-Georges.