El Producto Interno Bruto (PIB) de México registró una contracción de 0.4% real en el tercer trimestre, respecto al periodo inmediato anterior, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

La cifra fue ligeramente inferior al dato oportuno publicado por el instituto el pasado 29 de octubre que apuntaba a un retroceso de 0.2%.

Con datos desestacionalizados, la cifra confirma la caída de la economía mexicana tras cuatro periodos con avances, impulsados por la reactivación paulatina que se ha dado, luego de la crisis por COVID-19.

Por actividad económica, el sector primario o agropecuario avanzó 1.3% real respecto al trimestre inmediato previo, acumulando tres periodos en terreno positivo por primera vez desde 2017 e inicios de 2018.

En tanto, el sector secundario o de la manufactura, la actividad creció 0.3% real trimestral. Por el contrario, el sector terciario o de servicios retrocedió 0.9% en el periodo, su primer descenso desde el segundo trimestre de 2020, marcado por las restricciones de movilidad para contener la pandemia.

PIB crece 4.7% anual

En su comparación anual, el PIB creció 4.7% en el periodo julio-septiembre, moderando el rebote de 19.6% del trimestre previo derivado de la reanudación de actividades y de una baja base de comparación.

El dato quedó ligeramente por debajo del 4.8% estimado en el dato oportuno del Inegi.

Por grandes grupos de actividades económicas, el PIB de las actividades primarias avanzó 0.3%, el de las secundarias subió 5.1%, mientras el de las terciarias creció 4.4%.

Durante los primeros nueve meses de 2021, el PIB a precios constantes registró un avance de 6.4% respecto al mismo periodo de 2020, con cifras desestacionalizadas, añadió el instituto a cargo de Julio Santaella.

Para todo 2021, las expectativas de crecimiento se han recortado. Analistas encuestados por Citibanamex redujeron ligeramente sus proyecciones de crecimiento económico a 5.9%, desde el 6.0% estimado previamente.

En una nota previa de análisis, Banorte indicó que el dato oportuno también provocó un ajuste en su perspectiva de crecimiento económico para este año de 6.2% a 5.7%, apoyado por la reapertura de actividades ante el avance de la vacunación y la reducción de contagios en la mayor parte del territorio nacional.

“No obstante, debemos ser más cautelosos ya que estas señales podrían estar perdiendo su poder predictivo, lo que a su vez podría señalizar una desaceleración más importante, especialmente de la demanda doméstica”, indicó el banco.

En la nota, añadió que factores como el alza de la inflación, que en la primera quincena de noviembre tocó su mayor nivel desde 2001, podrían afectar con mayor fuerza la recuperación y provocar una revisión a la baja de las proyecciones de crecimiento para el próximo año.