Los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de China, Xi Jinping, concluyeron una cena el sábado en Argentina en la que se acordó que no habrá aranceles nuevos después del 1 de enero, según la televisora estatal del país asiático.
“No serán impuestos aranceles adicionales después del 1 de enero y continuarán las negociaciones entre ambas partes”, informó el medio oficial, sin dar más detalles.
Ése era un de los objetivos más esperados: que Pekín persuadiera a Trump de abandonar los planes de aumentar los aranceles de 200,000 millones de dólares en productos chinos al 25% en enero, frente al 10% actual. Trump había amenazado con imponer nuevos aranceles sobre 267,000 millones de dólares en importaciones si no había progreso en las conversaciones.
Trump y Xi se sentaron con sus asesores para una cena de trabajo -que duró alrededor de dos horas y media- al final de una cumbre de dos días del G20 en Buenos Aires y ninguna de las dos partes emitió comentarios oficiales de inmediato.
El asesor económico de la Casa Blanca, Larry Kudlow, dijo a periodistas este sábado que la reunión estuvo “muy bien”.
Por otra parte, el director de un periódico estatal chino dijo en Twitter que las conversaciones entre ambos mandatarios fueron buenas.
“Sobre la base de la información que recibí, las conversaciones entre Xi y Trump fueron buenas y se llegó a un consenso”, escribió Hu Xijin, editor de Global Times, medio vinculado al gobernante Partido Comunista, sin dar detalles.
La agencia estatal de noticias china, Xinhua, publicó que el presidente del gigante asiático dijo a Trump que la cooperación es la mejor alternativa para ambos países.
Trump mostró una señal positiva cuando se sentó frente a Xi, a pesar de las amenazas anteriores del presidente de Estados Unidos de imponer nuevos aranceles a las importaciones chinas.
“Discutiremos el comercio y creo que en algún momento vamos a terminar haciendo algo grandioso para China y grandioso para Estados Unidos”, dijo Trump ante un pequeño grupo de reporteros cuando ingresó brevemente a la sala.
Sugirió que la “increíble relación” que él y Xi mantienen sería “la razón principal” por la que podrían progresar en el comercio, aunque no ofreció ningún indicio de cómo podrían resolver el problema principal que divide a sus países.