El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado claro en varias ocasiones su desacuerdo por las decisiones de la Reserva Federal (Fed), el banco central más poderoso del mundo.

Desde marzo de 2017, la Fed ha elevado en siete ocasiones su tasa de interés para llevarla de 0.25 a 2.5%. En las últimas cuatro reuniones, el Comité de Mercado Abierto decidió mantenerla en ese nivel ante los bajos niveles de inflación y los temores de una desaceleración económica.

En julio de 2018, Trump lanzó su primera flecha. El presidente dijo en una entrevista a Reuters que, no estaba emocionado con la decisión de Jerome Powell, presidente de la Fed, de elevar las tasas. “La Fed me debería dar algo de ayuda” y, dijo que continuaría con sus criticas al banco central si seguía con los aumentos.

Una tasa de interés baja permite activar la economía al abaratar los créditos. Así, desde 2018 Trump ha criticado en por lo menos 24 ocasiones el trabajo de la Reserva Federal, de acuerdo con datos de Bloomberg, esto en medio de rumores respecto a que el mandatario pensaba despedir a Powell.

Uno de los puntos que generaron temores sobre la autonomía de la Fed fue cuando en marzo, Trump dijo que nominaría a su exasesor de campaña y crítico de Powell, Stephen Moore, para incorporarse a la junta de gobernadores de la Fed.

“La Reserva Federal es un desastre”, dijo Moore en una entrevista al diario The Wall Street Journal, en diciembre pasado. “Deberíamos tener una discusión en este país sobre si necesitamos una Reserva Federal”.

Moore también dijo que creía que Powell debería renunciar. “Es totalmente incompetente. Todo el mundo está diciendo que tiene que ser independiente. Bueno, ¿qué hacemos cuando tenemos a alguien en la Reserva Federal que no sabe lo que está haciendo?”.

La posible nominación de Moore fue ampliamente criticada por figuras como Paul Krugman, premio Nobel de Economía y el académico Justin Wolfers, así como algunos legisladores, por lo que tan solo unos días después, Trump anunció que Moore ya no sería considerado para el puesto.

Pese a la insistencia de Trump, los miembros de la Fed se han encargado de mandar la señal de que mantendrán sin cambios la postura monetaria.

El presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, dijo que la política monetaria está en el lugar correcto.

No veo ninguna razón para tener un sesgo hacia arriba o hacia abajo en las circunstancias actuales. Vamos a evaluar, evaluar, a ver la mejor decisión para llevarnos a nuestras metas

John Williams, presidente de la Fed de Nueva York.

Powell en tanto, ha contestado de una manera sobria las criticas de Trump. “Nuestra responsabilidad es realmente ante el Congreso (…)  Solo estamos tratando de hacer nuestro trabajo y lo estamos haciendo bien”, dijo tras los primeros señalamientos del presidente estadounidense.

El semanario británico The Economist, publicó en días pasados que, el éxito de algunos bancos centrales, incluidos el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo, está amenazado por una confluencia de populismo, nacionalismo y fuerzas económicas que están haciendo a la política monetaria política nuevamente.

“Existe una verdadera necesidad de reflexionar sobre los objetivos y herramientas de los bancos centrales. Pero existen fuerzas peligrosas que podrían tener consecuencias alarmantes para la estabilidad económica”, publicó The Economist.

Por ejemplo, en Turquía, el presidente Recep Tayyip Erdogan, presionó al banco central de su país para mantener artificialmente las tasas de interés bajas, mientras la inflación se salía de control.

Desde hace unos meses, los bancos centrales más importantes del mundo han estado en la mira de los participantes de los mercados financieros, en un escenario en el que la economía global ha dado muestras de desaceleración.

Lo anterior en un contexto en el que la tasa de interés, la principal herramienta de política monetaria de los bancos centrales, se encuentra en niveles mínimos lo que limita las acciones para impulsar a la economía.

En México, contrario a lo que algunos analistas pensaban en 2018, el nuevo gobierno se ha mantenido al margen de las decisiones del Banco de México y los dos subgobernadores propuestos por el presidente Andrés Manuel López Obrador, Jonathan Heath y Gerardo Esquivel, han mostrado una visión ortodoxa.

Había temores por Heath y Esquivel, este último, al que señalaban como simpatizante de AMLO, pero es rígido en su visión (de política monetaria) y se asume como subgobernador, es decir, como  alguien que no será laxo

comentó Joel Martínez, director general de la firma Visor Financiero.