Donald Trump pone a temblar (otra vez) a la industria automotriz en el mundo
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Donald Trump pone a temblar (otra vez) a la industria automotriz en el mundo

Donald Trump pone a temblar (otra vez) a la industria automotriz en el mundo

La industria automotriz del mundo está en la mira ante la posible declaratoria de seguridad nacional de Estados Unidos, que podría desatar una imposición de aranceles y con esto un aumento en los costos para las empresas del sector y un aumento en precios para los consumidores.

El Departamento de Comercio del Estados Unidos entregó al presidente Donald Trump un reporte con los resultados de una investigación que se hace bajo el mandato de la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial para determinar si las exportaciones de autos a ese país representan un riesgo a la seguridad nacional

Ahora, Trump tiene menos de 90 días para decidir si aplica o no un arancel de 25% a las importaciones de vehículos.

Esto va a generar una disrupción del comercio a nivel mundial, hay muchas personas e industrias relacionadas en esa cadena de valor. Es un muy mal presagio para el sistema multilateral

comentó en entrevista Juan Carlos Baker, uno de los negociadores del T-MEC y ahora catedrático de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana.

Las amenazas de Trump hacia la industria automotriz vienen desde su campaña presidencial en 2016 cuando amenazó a las automotrices con imponer un arancel de 35% si seguían con su producción en México. Algunas empresas cancelaron sus planes de inversión en México y anunciaron inversiones en Estados Unidos.

La investigación tiene como elemento la presión para recuperar parte de la cadena productiva y abrir mercados para los autos de manufactura americana, ya que en algunos países de Asia, como China, y en Europa se privilegia el consumo de vehículos de marcas de la región

dijo José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico.

México tiene una protección

Como parte de las negociaciones para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), ahora llamado T-MEC, México y Canadá firmaron una carta paralela que garantiza que cierto número de sus exportaciones de vehículos hacia Estados Unidos tengan arancel cero en caso de que Trump imponga medidas arancelarias por seguridad nacional.

De acuerdo con Baker este compromiso aplica aunque aún no se haya ratificado el T-MEC. Para México establece que 2.6 millones de vehículos de pasajeros anuales, todos los camiones de carga, así como autopartes con un valor de aduana por un valor de 108,000 millones de dólares, quedarán exentos del arancel. Pero si las cantidades son rebasadas, el arancel se aplicará.

“México no tendría que enfrentar ningún arancel, pero a nivel mundial los efectos van a ser más grandes y habrá afectaciones en otras áreas y países como logística y transporte, y esas consecuencias serían resentidas en todo el mundo”, dijo Baker.

Estados Unidos es el principal mercado para los vehículos ligeros de México. En enero envió 191,072 unidades, 6.9% más que el mismo mes de 2018, de acuerdo con la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz.  En 2018 las exportaciones automotrices representaron 31.55% del total de las ventas al exterior de México, según el INEGI.

Este nivel de participación pone en jaque a la industria nacional en el largo plazo ya que en caso de que el gobierno estadounidense impusiera el gravamen de 25%, en el futuro México tendría que renegociar el número de unidades que envía cada año.

México aceptó que Estados Unidos le ponga aranceles y un cupo que puede ser cómodo, pero que limita el volumen de envíos de vehículos y autopartes; para negociarlo tendrá que recurrir a la solución de controversias comerciales conforme al tratado comercial vigente

dijo Hugo Perezcano, director adjunto de Derecho Económico Internacional en el Centro Internacional para la Innovación en Gobernanza de Canadá y otrora negociador del TLCAN en los años 90.

El proceso de la investigación para el cobro de aranceles es el mismo que derivó en la imposición de un arancel de 25% que desde el 1 de junio del año pasado pagan el acero y el aluminio que ingresan a Estados Unidos y que dio inicio a la guerra comercial con China.

En caso de que Estados Unidos decida aplicar el arancel pudiera limitarse a algunos países, modelos de autos o sus implicaciones técnicas, en línea con los resultados de la investigación, que apuntan a un endurecimiento respecto a las exportaciones de autos autónomos, conectados, eléctricos e híbridos, o una tarifa general con un margen de pago mayor para estos vehículos, de acuerdo con un borrador que publicó el medio estadounidense Inside U.S. Trade.

En tanto se hacen públicos los resultados de la investigación y Trump anuncia una decisión, empresas del sector en Estados Unidos y legisladores han manifestado su desacuerdo, debido a las implicaciones negativas que pudieran tener, como el aumento en el precio de los vehículos para los consumidores.

“Cuando un auto es enviado a Estados Unidos desde China, hay que pagar un arancel de 2 ½%. Cuando un auto es enviado a China desde Estados Unidos, hay que pagar un arancel de 25%. ¿Eso suena como comercio justo? ¡No, suena como comercio estúpido, ha sido así por años!” tuiteó Trump en abril de 2018.

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