La ebriedad que ocasionó el dinero barato le ha costado cara a México, mientras tanto en la Junta de Gobierno de Banco de México crece la discusión sobre si es pertinente un recorte en su tasa de interés referencial.

A mediados de 2014, Banxico, entonces comandado por Agustín Carstens, bajó la tasa de referencia a un mínimo de 3% y la mantuvo así hasta finales de 2015 pese a la caída del peso frente al dólar, en tanto que el banco central vendió un escenario en el que esta depreciación se revertiría en el corto plazo, situación que no ocurrió.

Mientras que la inflación general y subyacente cerraron en 2.13 y 2.41% en 2015, respectivamente, pasaron a 6.77 y 4.87% al cierre de 2017. El detonador fue la liberalización parcial de los precios de la gasolina a inicios de 2017.

Todo lo que está pasando desde 2017 viene de un rebote muy importante de los precios (…) Banxico constantemente repetía que no había razones para tener una inflación alta, incluso decía que la inflación por debajo de 3% había llegado para quedarse. En aquellos años, el manejo de expectativas fue exitoso para que nadie subiera precios

dijo Alfredo Coutiño, director general de Moody’s Analytics para América Latina.

No obstante, el discurso no pudo sostenerse. “Se empezaron a rezagar precios sobre todo oficiales y el gobierno empezó a tener problemas para seguir manteniendo subsidios los tuvieron que soltar y uno de ellos fue el precio de las gasolinas”, comentó Coutiño.

Así, la política monetaria laxa de Banxico se tradujo en una mayor inflación dado que en una economía como la mexicana, con un bajo crecimiento potencial, las políticas expansivas generan distorsiones, como una mayor inflación o desequilibrios en las cuentas externas.

En este escenario, Banxico comenzó con el aumento de su tasa a finales de 2015 y desde entonces la ha incrementado en 525 puntos base a 8.25%, un máximo desde 2009, lo que también ha generado que el Banco sea sumamente cuidadoso con las expectativas inflacionarias y señale constantemente los riesgos para los precios.

Aunque en su último comunicado de política monetaria mostró un tono más neutro, lo que ha abierto la puerta para que recorte la tasa de interés este año.

El consenso de economistas consultados por Citibanamex espera que el primer recorte en la tasa de referencia desde 2014 ocurra en noviembre de este año, desde la expectativa de diciembre en la encuesta anterior.

Sí creemos que la declaración menos agresiva significa que vienen recortes de tasas. Los votos divididos parecen haber sido utilizados como una señal táctica en el pasado

escribió Edward Glossop, economista para América Latina, de Capital Economics.

Agrega que, en esta ocasión, piensan que el voto disidente simplemente refleja las opiniones más moderadas del subgobernador Gerardo Esquivel en comparación con el resto de la Junta. “En su lugar, pondríamos más peso en el comunicado menos agresivo, lo que sugiere que la Junta en su conjunto está considerando la idea de reducir las tasas”.

Coutiño en tanto, indicó que por lo menos en el muy corto plazo no espera un recorte en la tasa aun si la Reserva Federal lo hace este mismo año, dado que Banxico no tiene ninguna razón para aflojar las condiciones monetarias dado que la inflación subyacente sigue sin dar tregua y su mandato es solo velar por la inflación.