Durante abril pasado, el desempleo en el país rompió su racha positiva de cinco meses con reducciones al hilo, resintiendo la debilidad de la demanda externa, particularmente en Estados Unidos.

De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la tasa de desocupación en México llegó a 2.83% de la población económicamente activa (PEA) en el cuarto mes del 2023.

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Este nivel representó el mayor indicador en los últimos tres meses; además, este aumento se dio tras hilar bajas desde noviembre del año pasado.

Si bien el bajo desempleo se asocia con las nuevas inversiones extranjeras y con el autoempleo dentro del sector informal, el mercado laboral doméstico está presentando los primeros síntomas de la posible recesión de Estados Unidos en la segunda mitad del año, situación que impacta directamente a la industria local.

De hecho, la tasa de informalidad laboral, que considera a los ocupados laboralmente vulnerables por la naturaleza informal de la unidad económica para la que trabaja o que su vínculo laboral no es reconocido por su fuente de trabajo, disminuyó.

Para abril, esta tasa se ubicó en 54.85% de los ocupados, inferior al nivel de 54.95% del mes previo.

Crece la PEA

En términos generales, la PEA fue de 60.6 millones de personas, lo que implicó una tasa de participación de 60.4%. Dicha población fue superior en 1.1 millones de personas a la de abril del 2022.

Al interior de la PEA, 58.9 millones de personas (97.2 %) estuvieron ocupadas durante abril pasado: 1.2 millones más que en el mismo mes de un año antes.

Además, las personas subocupadas, las que declararon tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas, fueron 4.9 millones (8.4 % de la población ocupada), una reducción de 257,000 personas con relación a abril del año pasado.

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