La pandemia de coronavirus se ha encargado de asestar cambios estructurales a la demanda agregada de petróleo, lo que reduce la necesidad de la industria petrolera de desarrollar reservas de mayor costo para la reinversión y así apoyar los niveles de producción y el crecimiento en los próximos tres a cinco años, indicó Moody’s en un reporte.
En este sentido, la calificadora recortó sus estimaciones para el precio del petróleo a mediado plazo a un rango de 45 a 65 dólares por barril desde un previo de 50 a 70 dólares.
El reporte indica que, la crisis del coronavirus afectará a los mercados mundiales de petróleo de tres maneras.
Una de ellas deriva de los cambios en el lugar de trabajo, que implican una disminución en la demanda futura de petróleo.
Los bloqueos de coronavirus han establecido efectivamente un experimento en tiempo real sobre la digitalización de servicios, posiblemente traerá cambios permanentes en la naturaleza del trabajo en las industrias de servicios, al tiempo que se reducen tanto los viajes de negocios como los desplazamientos
dice Moody’s en un reporte.
El segundo de los factores es que la demanda de petróleo sigue al crecimiento real del PIB. La recesión relacionada con el coronavirus en 2020 y la lenta recuperación de la actividad económica general amortiguarán la demanda de petróleo, entre otras materias primas.
Por lo que si se asume una recuperación económica gradual a partir de la segunda mitad de este año, la Asociación Internacional de Energía (AIE) estima que para fines de 2020, la demanda mundial de petróleo volverá a niveles de unos 6.5 millones de barriles diarios, o 6%, por debajo de los niveles anteriores a la crisis.
El tercer factor radica en que, la recuperación de la demanda de petróleo será más moderada que el crecimiento general del PIB.
Las medidas gubernamentales para reducir la propagación del coronavirus han restringido las actividades intensivas en petróleo, como los viajes aéreos nacionales e internacionales, que se recuperarán más lentamente que el PIB total. Los altos inventarios de petróleo y combustibles a nivel mundial ralentizarán aún más el ritmo de recuperación de la demanda y los precios del petróleo.
Panorama para emergentes
No obstante, el patrón de cambios en la demanda y el consumo de petróleo aumentará la importancia de las economías en desarrollo para la industria petrolera.
Moody’s indica que, es probable que los cambios en los patrones de consumo pospandémicos aceleren el cambio a largo plazo, junto con medidas de política más específicas. Esta aceleración hará que el crecimiento futuro de la demanda de petróleo dependa más del crecimiento económico y la industrialización de las economías en desarrollo.
Mientras que, en el caso de las economías desarrolladas, mucho antes de que surgiera la pandemia, estas habían comenzado a reducir su dependencia del petróleo debido a una combinación de factores, incluido el envejecimiento de la población, cambios en las preferencias de los consumidores a favor de productos “limpios”, disminución de los niveles de industrialización y avances en la eficiencia en el uso y procesamiento de petróleo.