A pesar de que la inflación siguió desacelerando, recortaron la tasa de interés y la fortaleza del ingreso laboral, el consumo de las familias mexicanas se contrajo durante septiembre pasado.

De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Indicador Oportuno del Consumo Privado disminuyó 0.09% en el noveno mes de 2024, respecto a agosto previo.

Este resultado del indicador que mide la evolución del gasto que hacen los hogares en el consumo de bienes y servicios, se dio tras registrar tres meses consecutivos con alzas.

Para Banco Base, los principales riesgos para el consumo son la incertidumbre del nuevo gobierno en México, la alta informalidad en el país y el poder adquisitivo de las remesas, este último afectado por el deterioro del mercado laboral de Estados Unidos.

En la informalidad no hay prestaciones de ley, como salario mínimo, derecho a días de vacaciones o aguinaldo, lo que representa alta vulnerabilidad en los ingresos de los trabajadores que están bajo este esquema

detalla el grupo financiero.

Desaceleración en la inflación no impulsa al consumo

La desaceleración de la inflación y el recorte de la tasa de referencia, más las transferencias del gobierno y el alza en el otorgamiento de crédito, no compensaron la disminución del consumo de los hogares.

El Índice Nacional de Precios al Consumidor creció 4.58% a tasa anual durante septiembre pasado, que representó el nivel inflacionario más bajo en los últimos seis meses.

Además, recientemente el Banco de México recortó la tasa de interés a 10.50%, apoyando al financiamiento al consumo; sin embargo, ambos indicadores todavía siguen elevados.

A tasa anual, el Indicador Oportuno del Consumo Privado aumentó 1.8% en septiembre de este año, siendo el peor resultado desde febrero de 2021, cuando se contrajo 5.7%.

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