La incertidumbre que vive México y el mundo se extendió en todos los sectores económicos del país durante septiembre pasado, destacando los relacionados con el consumo privado: servicios y comercio.

De acuerdo con datos desestacionalizados de la Encuesta Mensual de Opinión Empresarial (EMOE), el Indicador de Confianza Empresarial (ICE) general disminuyó 6.5 puntos anuales en el noveno mes del 2022, lo que significó la cuarta caída al hilo.

 

ICE

Además, representó el peor resultado en los últimos 21 meses, manifestando que la economía mexicana dibuja un escenario desalentador para el cierre del año.

Mayor preocupación por el futuro

La mayor preocupación de la Iniciativa Privada (IP) mexicana se centra en la situación económica futura tanto del país como de la empresa.

La IP no percibe que los principales obstáculos se disipen en el corto plazo. Los factores que merman el optimismo empresarial corresponden a una elevada inflación nacional, los altos precios internacionales de algunas materias primas por la invasión rusa en Ucrania.

Así como los confinamientos en China en provocan disrupciones en las cadenas de suministro globales y el miedo en los mercados por el endurecimiento monetario de la Reserva Federal (Fed) para revertir los altos niveles inflacionarios en Estados Unidos.

Motor económico continúa sin carburar

Los sectores económicos que considera el ICE, que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), son manufactura, construcción, comercio y servicios.

El más importante por su peso en la economía mexicana es la industria manufacturera, que mostró un descenso anual en septiembre, de 1.5 puntos, el más pronunciado en 19 meses.

Este pesimismo manufacturero se depositó principalmente en la desconfianza del empresariado en la situación económica futura del país, con una baja de 3.7 puntos.

Otra caída importante se dio en el indicador sobre la situación económica presente del país (3.6 puntos), demostrando, ambos resultados, que hay incertidumbre sobre la actualidad de la economía nacional y el rumbo que tomará.

Desplome en consumo

El desplome sectorial más pronunciado del ICE en septiembre pasado fue en servicios privados no financieros, con una diferencia anual de 6.4 puntos, la peor caída en los últimos dos años.

La mayor desconfianza de los empresarios dedicados a este sector correspondió tanto en la situación económica futura del país (disminuyó 16.8 puntos) como en la situación futura de la empresa (14.4).

Por su parte, el ICE del comercio bajó 5.3 puntos anuales, la segunda mayor disminución sectorial, y que denota que el consumo es el más afectado por la elevada inflación. El de la construcción se contrajo 1.6 puntos, dejando de lado los beneficios por las grandes obras federales como la refinería de Dos Bocas, el Tren Maya o el Corredor Transístmico.