Durante septiembre del presente año, el comercio exterior del país se deterioró debido a mayores disrupciones globales, mermadas también por los flujos de intercambio internacional.
De acuerdo con datos desestacionalizados del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la balanza comercial del país presentó un saldo negativo de 168 millones de dólares, siendo el segundo déficit consecutivo.
Esto resultó de la diferencia entre exportaciones, por 50,942 millones de dólares en el noveno mes de 2024, e importaciones, por 51,110 millones. En el primer caso se dio una caída mensual de 0.97%, la segunda baja al hilo.
A nivel desagregado, las ventas al exterior disminuyeron tanto en el rubro petrolero (14.30%) como en el no petrolero (0.38%); en ambos casos significó la segunda contracción seguida.
Dentro de las exportaciones no petroleras, las alzas en agropecuarias (4.96%) como en extractivas (25.72%) fueron insuficientes para compensar el retroceso que sufrió el apartado manufacturero (1.05%).
En las ventas manufactureras, sobresale que el componente más importante del comercio exterior de México, la industria automotriz, cayó, por segunda vez, 4.50%, manifestando un menor dinamismo global en la demanda por autos ensamblados y autopartes mexicanas.
Cayó comercio exterior 5.70%
Del lado de las importaciones mexicanas, registraron una caída de 5.70% a tasa mensual durante septiembre de este año, que fue la primera baja después de tres ascensos consecutivos, así como el peor resultado en 41 meses.
Por tipo de bienes, todas las compras al exterior se desplomaron en el periodo de referencia. La disminución más pronunciada se dio en bienes de uso intermedio (6.90%), dando señales de la debilidad manufacturera de México.
En tanto, los bienes de consumo descendieron (2.41%), resintiendo la depreciación del peso frente al dólar, mientras la mengua de las compras de bienes de capital (0.79%) se explica por un bajo nivel de inversión.
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