El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) indicó que en México existe una descoordinación entre las políticas monetaria y fiscal en el combate contra una inflación que se mantiene elevada.
A través de su Análisis Económico Ejecutivo, el organismo asesor del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) detalló que mientras la política monetaria intenta disuadir el gasto, la fiscal lo alienta.
Banco de México (Banxico) ha insistido en mantener la tasa de referencia alta, en 11.25%, lo que implica que aún no está convencido de tener un control sobre las presiones inflacionarias.
El movimiento del banco central busca disuadir el gasto de empresas y hogares, al ser más caro el crédito y más rentable el ahorro, y de esta forma reducir la presión inflacionaria, además de generar expectativas de menor inflación.
De acuerdo con lo señalado por el centro encabezado por Carlos Hurtado, el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2024 es contrario a la política monetaria al estimular el gasto agregado. La propuesta del gobierno federal aumentó el gasto público que está por encima de la previsión de ingresos.
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Afectaciones por falta de coordinación
Si bien la descoordinación entre las políticas obstaculiza la reducción de la inflación para llegar al objetivo de 3% más/menos 1 punto porcentual, esas no son todas las consecuencias.
Al mantener las altas tasas de interés, las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) tienen mayores dificultades para acceder a un crédito y por tanto no logran desarrollarse y no crean mayor cantidad de empleos.
Debido a que este sector empresarial es el más golpeado por la política restrictiva del banco central, hay una pérdida de competitividad ante los grandes conglomerados que cuentan con un mayor respaldo económico.
A lo anterior se le suma un descenso en la productividad del país. El costo unitario de la mano de obra ha aumentado considerablemente desde finales de 2015, en casi 40%, por encima de los principales socios comerciales del país y otras naciones.
Finalmente, el CEESP señaló que el programa fiscal de 2024 cuenta con diversos riesgos para la transición política y para el gobierno que tomará posesión en octubre.
Además, es incongruente con el objetivo de estabilidad de precios de la política monetaria y dificulta la consecución del objetivo de la tasa de inflación plasmado en el Programa Monetario de Banco de México
subrayó.