La tenencia de valores gubernamentales mexicanos en manos de inversionistas extranjeros ha logrado resistir en medio la turbulencia generada en las últimas semanas por la pandemia del COVID-19, que ya ha cobrado la vida de 46,809 personas.
Al 23 de marzo, la deuda gubernamental en manos de extranjeros sumó 2.073 billones de pesos, esto es, 112,219 millones de pesos menos que al cierre de febrero, alrededor de 4,879 millones de dólares.
Los extranjeros se deshicieron tanto de Cetes como de Bonos a largo plazo. Entre el cierre de febrero y el 23 de marzo, vendieron 11,632 millones de pesos de Cetes y 97,881 millones de pesos de bonos a largo plazo, o bonos M, de acuerdo con datos de Banco de México.
En Cetes, hay dos tipos de extranjeros, los ‘kamikazes’, fondos que entran sin cobertura, apuestan a que el tipo de cambio no suba mucho, por lo regular se salen cuando el tipo de cambio sube rápido y otros que hacen arbitraje, llegan con dólares, compran Cetes y una cobertura, cuando el tipo de cambio es estable la cobertura es muy barata, pero cuando se mueve mucho ese arbitraje no sale, solo por momentos cuando baja el tipo de cambio
comentó Joel Martínez, director general de Visor Financiero.
En marzo, el peso mexicano perdió 16.54% ante el dólar, su mayor caída mensual desde diciembre de 1994, cuando ocurrió el ‘error de diciembre’, que derivó en la llamada crisis del Tequila, una de las peores que ha enfrentado México.
En muchos casos, quien tiene bonos también tiene cobertura cambiara y no necesariamente te conviene salirte porque ganas por la depreciación de la moneda y eso ayuda aminorar por momentos la salida, y también ayuda el diferencial de tasas de México y a pesar de estos fuertes episodios de volatilidad, que no hay diferencia de tasas que aguantes, le pone un ligero freno a pensar que se vayan a ir en desbandada
comentó James Salazar, subdirector de análisis económico de Banco de Base.
El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), calcula que, en total, los mercados emergentes sufrieron una salida de 83,300 millones de dólares en marzo, una cifra récord.
Mientras que el impacto del COVID-19 fue primero notable en enero y luego contenido a China, una amplia propagación de la pandemia en las últimas semanas sacudió los mercados, creando un shock para los emergentes más severo que la crisis financiera de 2008
dice el IIF en un reporte.
Las salidas de deuda sumaron 31,000 millones de dólares, la mayor desde octubre de 2008, mientras que en el mercado accionario salieron capitales por 40,100 millones de dólares, de los cuales 12,300 millones de dólares volaron de China.
De acuerdo con Joel Martínez, quienes han salido del mercado de deuda gubernamental han sido los especuladores o quienes entraron para obtener un rendimiento de corto plazo, mientras que los inversionistas institucionales se ha mantenido, y no saldrán a menos que la calificación de México caiga a basura. “Pero si siguen las ventas, van a presionar al tipo de cambio”.
James Salazar, en tanto, estima que por lo menos en abril el tipo de cambio podría operar en un promedio de 23.80 pesos, con bandazos hasta los 24.60 pesos y pegado a los 23 pesos.