Los esfuerzos de Banco de México para dar liquidez a pequeñas empresas y personas físicas a través del sector bancario pueden quedarse cortos ante los altos costos de los créditos y el aumento de la morosidad derivado de la parálisis de la economía.

Banco de México (Banxico) anunció esta semana 10 medidas para garantizar la liquidez en el sector financiero, que contemplan 750,000 millones de pesos, dos de ellas pretenden destinar recursos para micro, pequeñas y medianas empresas, así como personas físicas afectadas por la contingencia por el COVID-19.

Banxico abrirá una ventanilla para que los bancos le pidan dinero a una tasa preferencial y transfieran esa liquidez a usuarios. Es un buen deseo y es posible que sí haya una transmisión del crédito del banco central hacia empresas que lo necesitan y puedan sobrevivir, pero de ahí a que ayuden a resolver el problema de liquidez del consumidor y de las empresas está por verse

comentó Alfredo Coutiño, director general de Moody’s Analytics para América Latina.

Prácticamente Banxico imprimirá dinero primario con el objetivo de que el sector bancario lo haga llegar a la economía real.

Una de las medidas del Banco consiste en liberar recursos recursos asociados al Depósito de Regulación Monetaria (DRM) o, de ser necesario, dará financiamiento a plazos de entre 18 y 24 meses, con un costo igual a la tasa objetivo (6%), a la banca múltiple y de desarrollo. El programa contempla hasta 250,000 millones de pesos.

También dará financiamiento a bancos que han visto mermada su liquidez, conforme empresas del sector corporativo hacen uso de las líneas de crédito otorgadas por la banca. El costo será igual a la tasa de objetivo tras cubrir ciertos requisitos. El monto del programa será de hasta 100,000 millones de pesos.

El negocio monetario en México es de elite, de club, la banca central y los bancos se prestan entre ellos a tasas relativamente bajas, pero una vez que quieren inyectarlo la tasa sube a dos dígitos, CAT con comisiones, ahí es donde el sistema se rompe

comentó Iván Franco, director de la consultora Triplethree International.

En el último trimestre de 2019, 76% de las empresas se fondeó con su proveedores, 34.1% con la banca comercial, 22% uso financiamiento de otras empresas del grupo corporativo y/o la oficina matriz, 5.1% de la banca de desarrollo, 5.6% de la banca en el extranjero y 3.2% por emisión de deuda, de acuerdo con datos de Banxico.

Entre las principales barreras para obtener un crédito bancario destacaron las tasas de interés, las condiciones de acceso y los montos exigidos como colateral.

Además de los altos costos del crédito, los probables aumentos en la morosidad amenazan con detener a los bancos de facilitar los créditos dado que afectaría sus notas crediticias y con esto, sus costos de fondeo.

La calificadora Moody’s recortó el jueves las calificaciones de BBVA, Banorte, Santander México, Citibanamex, HSBC México, Banobras, Nafin, Bancomext, en línea con la baja que sufrió la nota soberana de México.

Moody’s indicó que, el brote de coronavirus tendrá un impacto negativo directo en la calidad de los activos y la rentabilidad de los bancos, en algunos casos de manera pronunciada, como en el caso de los bancos no diversificados con gran exposición a sectores de alto riesgo y las pequeñas y medianas empresas.

“Los banqueros van a argumentar ‘ya tengo experiencia y sé que la morosidad va a aumentar de manera acelerada y eso me va a poner en una situación en la que va a restringir mi liquidez, voy a absorber el riesgo del usuario y eso afectará mi hoja de balance financiero, es decir, la cartera vencida se va a convertir el un problema porque va a deteriorar la salud de mi banco”, dijo Coutiño.

Comentó que, en cierta medida los bancos tienen razón, ya que se resisten a prestar dado que exigen una mayor estabilidad, mayor creación de empleo y menores riesgos.

En medio de esto, las expectativas para la economía mexicana se deterioran rápidamente. BBVA incluso espera una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de hasta 12% si el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no implementa mayores mediadas de estímulo fiscal.

La liquidez ayuda a estimular la economía, pero si el miedo es tan grande, que nadie quiere tomar el riesgo el dinero no entra a la economía. Lo que se necesita es un conjunto de políticas públicas, no solo la monetaria, que den más certidumbre para que valga la pena tomar el crédito

comentó Felix Boni, director de análisis de HR Ratings.

¿Mandato dual?

Banxico estima que las afectaciones sobre la economía derivadas de la pandemia en el primer semestre de 2020 podría llegar a presentar una reducción mayor a 5% en el PIB respecto del mismo lapso de 2019.

En este contexto y tras la medidas anunciadas, para Coutiño y Franco resulta evidente que el banco central debería tener un mandato dual, es decir, no solo velar por la inflación sino por la economía.

La economía necesita expandir esos flujos de los prestatarios hacia la economía real, si Banxico tuviese el mandato dual estaría mucho más pendiente de cómo reactivar cuando el ciclo económico esté a la baja. Sin embargo, a la par de eso se tiene que hacer una reingeniería del sistema financiero

dijo Franco. 

De acuerdo con Coutiño, con las recientes medidas, en la practica Banxico aplica un mandato dual. “El mandato dual en política monetaria ha probado ser más efectivo en épocas de crisis porque permite calibrar tasa, incluso puede ponerla cerca de cero y usar el crédito para darle ayuda a la economía.

Aunque para Felix Boni no resulta necesario, ya que la política monetaria no es una fuente de crecimiento, solo genera las condiciones idóneas para que las políticas públicas como la fiscal, tengan un efecto en la economía.

Los especialistas coincidieron en que, para que las medidas de liquidez de Banxico funcionen, se requiere de una política fiscal más agresiva. Incluso, que el gobierno federal asumiera los posibles de riesgos de algunos de los créditos.