Las probabilidades de que Banco de México reduzca pronto su tasa de interés referencial parecen acotarse cada vez más.

La firma británica Capital Economics prevé un recorte de 75 puntos base para llevar la tasa a 7.50% este año, con la primera baja en el tercer trimestre, y además estima un ajuste de otros 100 puntos base en 2020.

No obstante, algunos miembros de la Junta de Gobierno de Banco de México (Banxico) ven esto poco probable.

Analistas anticipan una relajación de la política monetaria este año, pero en un contexto de corto y largo plazo las expectativas de inflación están por arriba del objetivo de 3%. Esto sugiere inconsistencias en sus estimados entre la tasa de interés y la convergencia al objetivo y un problema de credibilidad con el objetivo

dijo el subgobernador de Banxico, Javier Guzmán, en una presentación en Washington D.C.

La última encuesta de Citibanamex arrojó que las expectativas para la inflación general y subyacente en 2019 se ubican en 3.69% y 3.50%, respectivamente. La mediana para la inflación general en 2020 aumentó a 3.65% desde un previo de 3.60%, mientras que la inflación subyacente esperada se mantuvo en 3.40%.

El objetivo de Banxico es de 3% con un rango de variabilidad de +/- 1%.

En tanto que, estiman un recorte de 25 puntos base para la tasa de Banxico en noviembre de este año y para finales de 2020 esperan 7.25%, después del 7.50% previo.

En su última reunión de política monetaria, los cinco miembros de la Junta decidieron de manera unánime mantener la tasa de interés en 8.25%.

De acuerdo con Guzmán, si bien los recientes anuncios de política fiscal para 2019 y 2020 atacan las preocupaciones respecto a los riesgos que ven tanto las agencias calificadoras y otros participantes del mercado, aún se requiere que Pemex tenga una mayor fortaleza financiera.

Para lo que debe adoptar un modelo que asegure una recuperación de la capacidad de producción de petróleo sin afectar la salud de las finanzas públicas. Adicionalmente, el país requiere aumentar la confianza y profundizar las medidas estructurales e institucionales para aumentar el potencial de crecimiento de la economía.

Hacienda ante una menor expectativa de crecimiento para este año espera menores ingresos y, por lo tanto, un recorte en el gasto equivalente a 0.5% del Producto Interno Bruto (PIB), con respecto a lo aprobado. Además, mantuvo su meta de un superávit primario de 1% del PIB. Para el próximo año la meta aumentó a 1.3%.

Frente a los altos niveles actuales de incertidumbre y los riesgos de inflación inclinados al alza, y de conformidad con el mandato del Banco de México, la política monetaria debe actuar con precaución y concentrarse en alcanzar la meta de inflación dentro del marco de tiempo anunciado, con la prioridad asignada a mejorar la credibilidad del banco central

comentó Guzmán.

En medio de esto, los bancos centrales más importantes del mundo como la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE) han dicho que su política monetaria será flexible en un entorno de desaceleración económica.

Para el subgobernador Guzmán, una normalización más gradual de la política monetaria en Estados Unidos alivia los riesgos de la política monetaria en México, pero ni elimina ni modifica significativamente las perspectivas de inflación.

“Por lo tanto, bajo el panorama macroeconómico previsto en la actualidad, el logro de la meta de inflación implica una postura de política monetaria firme durante un período aún más prolongado”.

Con información de Carmen Luna.