Banco de México lanzó hace unos días una artillería monetaria para garantizar la liquidez en el sistema financiero, y una de las medidas contempladas incluye la compra a bancos de valores gubernamentales, como los Cetes.

Para proporcionar liquidez a instituciones financieras que compran deuda gubernamental, Banxico abrirá una ventanilla para adquirir esos valores en reporto a plazos mayores que los que regularmente se utiliza, lo cual permitirá que dichas instituciones tengan liquidez sin necesidad de vender sus títulos bajo condiciones de alta volatilidad.

El monto del programa será de hasta 100,000 millones de pesos y con el resto de las medidas hasta ahora anunciadas por el banco central suman 750,000 millones de pesos, equivalente a 3.5% del Producto Interno Bruto (PIB).

Los valores que serán comprados son Cetes, Bonos M, Udibonos, Bondes D y BPAs, que prácticamente están en la cartera de todo el sistema bancario.

Con esta medida, se contribuye a la provisión de liquidez en los tramos de la curva relativamente menos líquidos (largo plazo), favoreciendo el mejor funcionamiento del mercado de deuda gubernamental durante episodios de volatilidad financiera que se traduzcan en mayores primas de riesgo y en rupturas para algunos plazos de la curva de rendimientos

escribieron en un reporte economistas de BBVA.

En estas operaciones de reporto, Banxico le comprará valores gubernamentales a un banco que requiera liquidez, con la obligación de hacerlo en un período determinado. A cambio, obtendrá la devolución del dinero que ha pagado por el título más un beneficio. El costo del reporto será el equivalente a 1.02 veces el promedio de la tasa de interés interbancaria a un día de Banxico.

“(Es) como lo que hizo la Fed en 2009, dijo: ‘yo abro mi hoja de balance, compro todos los valores que estén respaldados por hipotecas, quien lo tiene y me lo vende, le doy dinero, tiene liquidez’, se deshace de ese instrumento y tiene dinero para poderlo gastar y si lo gasta empuja a la economía, esa era la gran condición de la Fed. Banxico ahora no está comprando deuda del gobierno directamente”, comentó Alfredo Coutiño, director de Moody’s Analytics para América Latina.

Con esto, el banco central le dará liquidez a aquellos bancos que quieren vender parte de sus Cetes y otros valores que tengan en posesión.

Al 17 de abril, el sector bancario tenía 612,616 millones de pesos de valores gubernamentales, esto es, el 8% del total de valores en circulación, de acuerdo con datos del banco central.

La Reserva Federal, en tanto, a través de la Fed de Nueva York, se ha mantenido activa en los últimos meses con la inyección de liquidez con las operaciones repo, que consisten en la recompra de bonos del Tesoro de Estados Unidos, así como bonos de algunas agencias hipotecarias.

Estas intervenciones pretenden mantener la tasa de fondos federales dentro del rango objetivo de 1.5 a ​​1.75% para reducir la volatilidad en otras tasas del mercado de dinero. Al 22 de abril, la hoja de balance de la Fed tenía 6.57 billones de dólares, desde los 4.17 billones de finales de 2019.

En la minuta de la reunión de política monetaria del 20 de marzo, uno de los integrantes de la Junta de Gobierno de Banxico –no se sabe quién–, indicó que era momento para considerar programas de compras de activos como los adoptados por otros bancos centrales.

Mencionó que cobraba sentido, ya que parte de la inestabilidad financiera se debía a la caída de los precios del petróleo, derivada de la combinación de choques de oferta y demanda, donde al menos uno de estos es de naturaleza transitoria.

Dijo que debía evitarse la pérdida de valor de algunos activos críticos y la correspondiente destrucción de colateral. “En un contexto como el actual, las medidas para proveer liquidez contribuyen a que un relajamiento monetario tenga un canal de transmisión al sector real más efectivo”.

En un reporte, el banco UBS dijo que Banxico ha sentado las bases para intervenir mucho más fuertemente para garantizar el funcionamiento ordenado de los mercados.

Sin embargo, indicó que los acuerdos de repo a largo plazo tanto para la deuda gubernamental como corporativa no equivalen a una flexibilización cuantitativa, ya que el banco central mantiene sus compras de bonos hasta el vencimiento, mientras que bajo un acuerdo de repo estos valores se devuelven al prestatario.

No obstante, las medidas están destinadas no solo a canalizar el crédito a los sectores corporativos más vulnerables, sino a garantizar que el extremo largo de la curva de rendimiento también esté bien respaldado.

UBS.