La actividad industrial en México retrocedió 29.6% en abril y acumuló 19 meses sin crecimiento, su peor racha desde que Inegi tiene registro.
Además, el dato del cuarto mes de 2020 muestra que la actividad industrial sufrió su mayor caída desde octubre de 1995, cuando descendió 17.6%.
Desde 1994, el Inegi recopila esta información y su peor racha había sido entre julio de 2008 y diciembre de 2009, periodo que comprendió la crisis financiera.
El indicador de la actividad industrial está conformado por la minería, la construcción, las industrias manufactureras y la generación transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final.
Los resultados de los cuatro rubros mostraron caídas anualizadas. Tanto la minería, la construcción y las industrias manufactureras tuvieron que suspender sus operaciones al ser consideradas como no esenciales y así evitar contagios de COVID-19.
Para mediados de mayo, la construcción y la minería ya fueron clasificadas como esenciales, al igual que un subsector de la manufactura, la fabricación de equipo de transporte.
En abril de 2020, la actividad en la industria minera retrocedió 3.6% anual y rompió cinco meses con avances.
Entre los subsectores que componen a la minería está la extracción de petróleo y gas, así como los servicios relacionados a los mismos.
La construcción cayó 39.4% anual; además de ser su caída más pronunciada desde 1995 hiló 21 meses con descensos anualizados.
En este rubro se analiza el comportamiento de la edificación, construcción de obras de ingeniería civil y trabajos especializados para la construcción.
La actividad en industrias manufactureras bajó 35.5%, con el que sumó siete meses en terreno negativo y de igual forma fue su caída más profunda en la historia.
Dentro de este subsector se halla lo relacionado con la industria alimentaria, la industria de las bebidas y el tabaco y la fabricación de insumos y acabado de textiles.
La generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final retrocedió 3.5% y fue su caída más profunda desde octubre de 2017.