Rodrigo A. Rosales Contreras

La pandemia de COVID-19 ocasionó que la actividad industrial de México “rebotara” en el 2021 a su mayor nivel registrado en los últimos 24 años.

Tras caer 10.0% en el 2020, durante el año pasado la producción industrial del país creció 6.7% a tasa anual desestacionalizada, siendo el mejor resultado desde 1997, cuando incrementó 8.0%, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Es importante mencionar que, después de una crisis económica, al siguiente año se presenta un “efecto rebote” por la baja base de comparación, es decir, por la merma que deja en los sectores productivos.

Por ejemplo, en el 2009 las actividades industriales, integradas por manufactura, construcción, minería y generación de electricidad y distribución de agua y gas, se redujeron 7.4% anual, con ajuste estacionario, mientras un año después, en el 2010, “rebotaron” con un incremento de 4.5%.

El mayor “rebote” se registra en 1996, con una variación de 11.6% traer desplomarse 10.8% en 1995, la peor crisis económica en la industria mexicana.

El aumento de 6.7% anual desestacionalizado de la actividad industrial en el 2021 fue consecuencia de los incrementos en tres de sus cuatro sectores: 8.7% en manufactura, 7.3% en construcción y 2.0% en minería.

La excepción fue generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final, que disminuyó 0.6%.

Solamente considerando diciembre del año pasado, la actividad industrial, que aporta más de 30% del PIB nacional, creció 1.2% a tasa mensual, con ajuste estacionario, la mayor variación desde septiembre del 2020 (2.1%), es decir, en 15 meses. 

Respecto a diciembre del 2020, la tasa anual fue de 2.4%, que significó hilar 10 crecimientos anuales y el mejor nivel en cuatro meses.

Manufactura se mantiene 

Dentro de la manufactura, ningún subsector exhibió descensos en su producción. Lasas mayores alzas se dieron en fabricación de insumos textiles y acabado de textiles (33.2%); fabricación de muebles, colchones y persianas (26.7%); en fabricación de prendas de vestir (24.3%), y en impresión e industrias conexas (20.3%).

Así como en fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón (19.7%) y en curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos (17.4%).

Aunque el subsector más importante de la manufactura nacional es fabricación de equipo de transporte, que creció 9.0% pese a los desfases en las cadenas de suministro global.

Al interior de la construcción, incrementaron sus niveles productivos en el 2021 los trabajos especializados para el sector (16.2%), edificación (6.1%) y obras de ingeniería civil (3.7%). 

Mientras en la minería ascendieron los subsectores de minerales metálicos y no metálicos, excepto petróleo y gas (7.5%), y de servicios relacionados con la minería (6.8%); en tanto, cayó el de extracción de petróleo y gas (0.02%). 

Por último, el sector que se contrajo fue por la reducción de 1.4% en generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, pese al alza de 2.2% en suministro de agua y suministro de gas por ductos al consumidor final.