En medio de la crisis mundial que ha generado el COVID-19, el Peterson Institute for Intenational Economics (PIIE) hace un llamado a los encargados de la política comercial de sus países para implementar políticas coordinadas que ayuden a aminorar los efectos económicos que tendrá la pandemia.
Aranceles más bajos para productos farmacéuticos, dispositivos médicos y otros suministros médicos. Los aranceles para productos farmacéuticos y equipos médicos son relativamente bajos, pero los desinfectantes y otros productos necesarios para combatir la pandemia aún enfrentan aranceles y barreras no arancelarias en muchos países.
“¡Sorprendentemente, 31 gobiernos imponen aranceles de importación de 30% o más sobre el jabón!”, dice el documento que señala que la eliminación de esas medidas proteccionistas también podría reducir el costo de los insumos como ingredientes activos y otros productos químicos, alentando la inversión y la producción nacional.
Mejorar la facilitación del comercio para bajar el costo de trasladar productos y materiales relacionados con la salud a través de las fronteras. El movimiento transfronterizo de bienes de socorro es fundamental para ayudar a los enfermos de manera oportuna, así como a los productores nacionales que dependen de los insumos importados para fabricar estos productos.
China y la Unión Europea han establecido “carriles verdes” para proporcionar una inspección rápida y la liberación de mercancías para evitar demoras en la importación de suministros críticos; otros gobiernos deberían seguirlo.
Adoptar normas internacionales para garantizar la calidad y la seguridad de los productos importados relacionados con la salud. Los productos farmacéuticos y los dispositivos médicos generalmente están sujetos al registro y aprobación del producto para garantizar la seguridad del consumidor y la salud pública.
Aun cuando no está específicamente diseñado para restringir el comercio, el régimen regulatorio para estos productos puede limitar irrazonablemente el acceso a medicamentos y equipos médicos, por lo que deberían facilitarse las reglamentaciones nacionales incompatibles con las normas internacionales, y deberían acelerarse los procedimientos complejos y largos para evaluar la conformidad con esas normas.
Garantizar que la protección adecuada de la propiedad intelectual no obstaculice el desarrollo de nuevas tecnologías y medicamentos. El PIIE indica que las nuevas tecnologías, como las piezas del respirador de impresión 3D desarrolladas por ingenieros italianos, pueden remediar la escasez y si bien los inventores de esas innovaciones merecen la protección de la propiedad intelectual, sus necesidades deben equilibrarse con el significado global de la pandemia.
También recomienda permitir que los profesionales de la salud crucen fronteras y compartir conocimiento por medio de la salud electrónica y otras interacciones digitales transfronterizas, evitar restricciones a la exportación y tomar medidas comerciales colectivas.
Los gobiernos deberían mejorar, no restringir, la cooperación comercial global, si no entre todos, al menos entre los dispuestos. Deberían acordar congelar las prohibiciones de exportación, aliviar las restricciones recientes y ejercer autocontrol cuando el impacto sea devastador.