Ya pasaron más de seis meses desde que Catalina Clavé Almeida se sumara al “equipo directivo” de Flink, plataforma que fundó y dirige Sergio Jiménez Amozorrutia, y aunque no se precisó el puesto que asumió la ejecutiva, el principal objetivo era conseguir la aprobación regulatoria para que finalmente la plataforma de negociación de fracciones de acciones se haga del control de la casa de bolsa Vifaru, el camino que eligieron los inversionistas de Flink para cumplir con los requisitos impuestos por la CNBV para poder operar plenamente en México. 

Sin embargo, la encomienda se logró, digamos, parcialmente porque si bien la ejecutiva que laboró por cerca de 20 años en la BMV donde ocupó diversos cargos, ahora se presenta como la cabeza de Vifaru, sigue sin poder destrabar la autorización dentro de la CNBV, proceso que inexplicablemente lleva meses de retraso y que ahora pareciera todavía más lejano, considerando el desorden que impera al interior del regulador por la salida de funcionarios clave en prácticamente todas las áreas de la CNBV. 

En este espacio se informó desde el año pasado, la propuesta de adquisición de la casa de bolsa que anteriormente se conoció como ITAÚ BBA, en una operación que rondaría los 25 millones de dólares que recibiría Akaan, grupo que controla a Vifaru, recursos que tiene disponibles gracias a la ronda de financiamiento serie B por 57 millones de dólares donde participaron el fondo Lightspeed Venture Partners, Accel, ALLVP y Mantis Venture Capital, que ya externaron su preocupación por retraso del dichos trámite que además frena el resto de los planes de Flink en México e incluso su llegada a Colombia, y otros países de la región como Argentina e incluso Brasil podrían frenar considerando que actualmente las operaciones en México son las más importantes para la plataforma que es un serio competidor para GBM, que justo por el retraso en los permisos correspondientes relacionados con Vifaru, logró rebasar a Flink en este atractivo segmento de inversión bursátil.

Blindaje cibernético

La semana pasada, la Unidad de Banca y Ahorro de Hacienda, Banco de México, la CNBV y diversos ejecutivos de Santander México sostuvieron una reunión virtual para analizar los avances de la estrategia de blindaje del sector financiero y bancario del país ante potenciales ataques cibernéticos en la coyuntura del conflicto entre Rusia y Ucrania. En esta columna comentamos que todos los trabajos y acuerdos son bastante discretos para evitar una sobrerreacción de las instituciones y los propios clientes al creciente riesgo.