El presidente Andrés Manuel López Obrador ya comenzó a sentir el calor de las señales que mandan los mercados financieros. Y no nos referimos al calor de Acapulco, a donde llegó este viernes para clausurar la edición 83 Convención Bancaria, sino a las llamadas que hizo al secretario de Hacienda, Arturo Herrera, y a su subsecretario Gabriel Yorio, el jueves, tras el desplome de las bolsas y la suspensión de operaciones.
Cuentan que el Presidente tomó el teléfono y llamó directamente a los funcionarios de Hacienda para preguntarles por qué se suspendieron las operaciones bursátiles el ‘jueves negro’ y qué significaba eso. El subsecretario Yorio le explicó que era resultado de la caída abrupta de más de 7% de los principales índices accionarios.
El Presidente reaccionó con tranquilidad y agradeció la explicación.
La buena noticia es que a Andrés Manuel López Obrador le preocupa lo que pasa en los mercados y sus implicaciones para la economía. La mala es que en la coyuntura actual hay poco espacio para preguntas, pues se requieren acciones rápidas y contundentes, tanto en salud, para contener la expansión del coronavirus, y financieras, para evitar su propagación a la economía.