Cuestión de protocolo

Resulta que de último momento diversos representantes de la banca internacional con presencia en México cancelaron su participación en la 83 Convención Bancaria, un duro golpe al evento que paradójicamente lució una cara más moderna y acordé al título elegido para este año: “Prosperidad para todos en la era digital”.

Dos semanas previas al evento los banqueros, preocupados por la amenaza del coronavirus fuera de México, analizaron la posibilidad de cancelar el evento, pero el tema de costos fue determinante para seguir adelante con la logística.

Pero la inquietud no se detuvo y los banqueros nacionales, cada vez más escasos, por cierto, fueron quienes veladamente propusieron una especie de pacto para ausentarse sin el escenario se complicaba, lo que finalmente sucedió, y Carlos Hank González de Banorte, y Marco Antonio Slim de Inbursa brillaron, pero por su ausencia.

Ante la insistencia de la prensa, el equipo de comunicación del banco fuerte de México, y a la distancia porque tampoco estuvieron presentes, se limitó a decir que tanto el presidente del grupo como el director general estaban atendiendo un asunto con inversionistas fuera el país.

En el caso de Marco Antonio Slim, no tenía pensado asistir. De hecho, tiene años que ya no acude a la reunión anual.

Con los bancos extranjeros y otras firmas financieras fue distinto. La ausencia fue resultado de las restricciones de viajes al interior de las empresas y parte de los protocolos internos, y así ejecutivos como Felipe García Moreno de JP Morgan, Santiago Fernández Vidal de American Express, y Samantha Ricciardi de Blackrock, no estuvieron presentes, y todavía se esperan más cancelaciones.

Llama la atención que justo en el momento en el que se están reestringiendo vuelos por la propogación del brote del COVI-19, mejor conocido como coronavirus, y varias ciudades importantes tienen cuarentenas para sus ciudadanos, los directivos de los bancos hayan tomando la decisión de salir a visitar a sus inversionistas a otras partes del mundo, ¿no lo cree?