COVID-19 bursátil
Desafortunadamente en el sector bursátil mexicano se dieron algunos de los primeros contagios y decesos. Pese a las restricciones de movilidad en la pandemia, la mayoría de los operadores de mercado de dinero y capitales fueron “amablemente” conminados a cumplir con sus labores con el consabido riesgo que implicó asistir a sus respectivas oficinas, pero no hubo implicaciones serias.
El problema fue cuando la mayoría de los estados, incluida la CDMX, cambiaron a semáforo amarillo y progresivamente los empleados de las casas de bolsa regresaron a sus oficinas, y entonces se generó un verdadero problema de la mano de la tercera ola de contagios.
Resulta que en Multiva se contabilizaron por lo menos cinco contagios e incluso un desafortunado deceso, mientras que en Banorte e Inbursa también se reportaron casos que obligaron a frenar el regreso a la oficina de diversas áreas. El tema no fue exclusivo de la capital porque en Monterrey también la mesa de capitales de Banregio fue presa, en su gran mayoría, del virus.
Nuevo competidor
Luego de más de siete años de encabezar la banca de inversión en Actinver, Nathan Moussan decidió independizarse y constituir su propia asesora y sumarse al segmento de banca de inversión como un competidor de cuidado por la cartera que por años acumuló y no sólo durante su paso por la firma financiera que preside Héctor Madero Rivero, sino por Santander y Scotiabank donde también laboró.
La escisión de Actinver que dio como resultado la nueva emisora Alterna habría sido el principal motivo de la salida de Moussan, y quien entró al quite fue Julio Serrano que regresó a sus orígenes precisamente en la banca de inversión.
Muy privados
Llamó la atención la campaña mediática contra el área fiduciaria de Banca Mifel, institución que encabeza el actual presidente de la ABM, Daniel Becker, y que viene directamente del empresario Enrique Garza que reclama la falta de información del estado que guarda el fideicomiso que ampara una emisión de certificados bursátiles, CABASTOS04.
Dichos instrumentos son de carácter privado, lo que complicaría más la aparente negativa del banco de no cumplir con las demandas del quejoso, pero resulta que el mismo contrato de la operación financiera protegía justo dicha información que fue firmado y aceptado por todos los socios, y para conocer los detalles del patrimonio deben ser los accionistas y no la institución los que autoricen. En otras palabras estamos ante un pleito entre accionistas que parece no podrá resolverse en el corto plazo.