En 2018, Vinte tomó una decisión que la llevó a tener su mejor trimestre en años.

Dispuso durante el año pasado de 3,350 millones de pesos para la adquisición de reservas territoriales, infraestructura, urbanización y edificación, sumando 37,000 lotes para desarrollar en los próximos 6.8 años, indicaron en el primer reporte trimestral de 2019.

Con ello incrementó en 30.6% las inversiones realizadas para adquirir tierra desarrollable. Y como un buen trimestre no es suficiente, ahora inicia el 2019 con la misma estrategia, confirmaron directivos de la vivienda en conferencia telefónica con analistas tras la publicación de su reporte financiero.

La inversión si bien impactó el desempeño de la empresa, ahora comienza a rendir frutos, según Domingo Valdés, director de Finanzas de Vinte.

Al cierre del periodo enero-marzo, la empresa reportó un flujo de efectivo positivo, alcanzando 34 millones de pesos, mientras que en 2018 presentó un monto negativo por 113 millones de pesos.

Además observaron un incremento de 17.4% en el EBITDA, en comparación con el mismo período del año anterior y de 21% en su utilidad neta.

Hicieron una colocación importante de bonos que fue la del VINTE18, recursos que fueron dirigidos para la compra de reservas territoriales. Esto incidió en el flujo libre de efectivo.

Armando Rodríguez, analista de Signum Research.

Al ser de las empresas de vivienda más capitalizadas pudo mantener su inventario y no detener la colocación, por lo cual es posible que continúe la inversión durante el 2019 aunque con un monto menor, explica el analista.

La empresa destacó que al cierre del primer trimestre han destinado 694 millones de pesos para el mismo rubro.

Otro factor que les benefició fue la reducción de vivienda de interés social.

En el último trimestre de 2018, los ingresos por colocación de vivienda con subsidio ascendieron a 4% de total y en los primeros tres meses del año no colocaron ninguna vivienda bajo este esquema.

“Históricamente, Vinte ya tenía una mezcla dirigida hacia los segmentos medio y residencial, al menos desde 2017 y de manera general el resto de las empresas tienen un componente de vivienda de interés social, aunque según el monto de los subsidios se van inclinando a un segmento específico”, explicó Rodríguez.

Explicó que aunque el monto de subsidio se redujo, no se espera se detengan completamente las inversiones, sino un incremento del inventario de vivienda media y residencial, a las cuales se les puede trasladar de manera más simple el costo de construcción.

El CFO, Domingo Valdés, destacó que mantendrían el desarrollo pues la demanda de vivienda es latente.

“La colocación va continuar, primero porque no hay oferta suficiente y en segundo lugar porque en las ciudades en las que estamos (por ejemplo Monterrey y Cancún) son sumamente dinámicas”.

A esto se le suma una mayor intención de compra, ya que en los primeros tres meses del año se observó un incremento en el Indicador de Confianza del Consumidor elaborado por el INEGI, particularmente en el complementario referente a la posibilidad o intención de comprar o remodelar una casa en los próximos dos años.