Hasta hace unos cinco años, la Torre Trump era una referencia de avance, infraestructura y éxito en Nueva York. Pero ya no.

Varios de los propietarios de los condominios de la torre comenzaron a vender los inmuebles desde 2016, todos ellos con pérdidas, de acuerdo con Bloomberg.

“Le hacen el feo”

“Nadie quiere ese edificio”, dijo un expropietario al medio estadounidense sobre el edificio construido hace 36 años que se ha convertido en una fortaleza desde que Donald Trump se convirtió en presidente de Estados Unidos.

Varios de los condominios han tenido una pérdida en su plusvalía de hasta 20%, mientras que en todo Manhattan, solo el 0.23% de las viviendas vendidas presenta pérdidas en los últimos dos años, según el proveedor de datos de bienes raíces PropertyShark, aunque la empresa no se ajusta a la inflación.

Mientras que algunos rincones del imperio comercial de Trump han prosperado, como su hotel de Washington DC, otros han sufrido su alta impopularidad.

Las rondas de golf están en su campo en Nueva York, y un puñado de edificios que alguna vez fueron de la marca Trump han arrancado su nombre de sus frentes.

La parte comercial del edificio ha estado luchando durante meses para encontrar inquilinos para más de 42,000 pies cuadrados de espacio de oficinas vacantes, a pesar de que las rentas están muy por debajo del promedio del área, según muestran los listados y datos de corredores de bienes raíces.

La tasa de ocupación de la Torre Trump se ha reducido en los últimos siete años a 83% desde el 99% (lo doble al promedio general de Manhattan).

El ingreso neto del edificio sigue siendo aproximadamente 26% más bajo de lo que esperaban los banqueros cuando evaluaron la aptitud de Trump para un préstamo de 100 millones de dólares en 2012.

Aun así, la Torre Trump produce regularmente una ganancia anual para su homónimo. El año pasado, el edificio generó 10 millones de dólares en flujo de efectivo neto, después de tomar en cuenta el pago anual de intereses de un préstamo de 4.3 millones de dólares, según datos de la Organización Trump.

Los propietarios de condominios que esperan encontrarse con el presidente en ocasiones se han decepcionado. Trump llevó a cabo su campaña presidencial fuera de los rascacielos, y solo ha visitado la torre 13 veces desde su inauguración, según un recuento de NBC News.

El nombre es un problema

Luego de la polémica que Trump causó desde su campaña y en lo que va de su mandato, vivir en una torre con su nombre es una molestia, comentaron a Bloomberg inquilinos del edificio.

Ocho de nueve ventas de inmuebles pertenecientes a Torre Trump se hicieron con pérdidas ajustadas por inflación.

En contraste, solo 57 casas en Manhattan se vendieron en los últimos dos años con pérdidas, de un total de 24,871 ventas, según PropertyShark, aunque la empresa no se ajusta a la inflación.