Urbi, la desarrolladora de vivienda, inició en 2020 una nueva era en su dirección. Sin embargo, pese al nuevo rumbo que busca tomar, la empresa sigue sin terminar de atravesar la racha negativa.

El 2 de enero de 2020, Alfonso Zatarain Rubio inició su gestión, en reemplazo de Francisco Román Álvarez Varea. De acuerdo con información de la empresa, Zataraín forma parte de Urbi desde 2007 y hasta antes de su nombramiento se desempeñaba como responsable del área de capital humano.

Zataraín Rubio comparte con su antecesor el haber formado parte de las filas del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), pues de 2001 a 2003 fue Jefe de Cobranza en el instituto, mientras que Román Álvarez Varea inició en 2002 como coordinador del área de planeación y finanzas, de acuerdo con información del Registro de Servidores Públicos.

Zataraín Rubio es ahora el encargado de operar una nueva estrategia para la empresa que cerró 2019 con resultados más bajos de lo esperado; al cuarto trimestre del año registró 11.1% menos ventas totales que el mismo periodo de 2018. Solo lograron vender 292 viviendas, según informaron en su reporte financiero enviado a la Bolsa Mexicana de Valores.

Aligerar el barco

El objetivo principal para Urbi en 2020 es “generar el flujo necesario para mantener a la empresa en marcha, en tanto la política pública de vivienda brinde mayor información a sus accionistas para decidir el mejor rumbo para la Compañía”, indica el último reporte trimestral.

Para ello tienen tres principales líneas de acción, con las cuales ya habían trabajado durante 2019. Por ejemplo la disminución en el desarrollo de viviendas nuevas “y concentrándose en la venta de activos”.

Desde inicios del 2019 redujeron 80% los planes de inversión en obra, por lo cual el 49% de los ingresos de los 12 meses del año se generó a través de la venta de tierra y servicios de gestión. Este año seguirán bajo esa línea pues todavía cuentan con una buena cantidad de hectáreas de reserva territorial, principalmente en el norte del país.

Por otro lado siguen los recortes de trabajadores. El objetivo de acuerdo con la empresa es reducir la estructura y el gasto operativo “manteniendo al capital humano clave”. En 2017 la empresa reportaba 514 colaboradores, mientras que al cierre de 2019, la conforman 120 personas.

El tercer eje es cumplir con los compromisos financieros.

La empresa ha otorgado en garantía de ciertos pasivos y créditos bancarios algunos de sus inventarios, cuyo valor contable al 31 de diciembre de 2019 ascendió a 509.5 millones de pesos. Adicionalmente, algunos de los inventarios de la Compañía han sido embargados de forma precautoria por algunos de sus acreedores. El monto de dichos inventarios al 31 de diciembre de 2019 fue de 486.3 millones de pesos, anunció la empresa.

Todo esto mientras el precio de sus acciones se mantiene en fluctuaciones que no sobrepasan un peso. Al cierre de la última jornada se posicionaron con 0.95 centavos.

EL CEO buscó a los analistas independientes de 414 Capital, que realizaron el último informe de la empresa, sin embargo, desde 2018  ya no le dan cobertura.