Por: Liz Cervantes y Ana Grimaldo
Desde el 24 de marzo, México entró formalmente en fase 2 de la pandemia de COVID-19 y se implementaron medidas que tienen por objetivo disminuir la velocidad propagación. Además del distanciamiento social, han incluido la suspensión de actividades económicas principalmente en turismo y entretenimiento.
La actividad de construcción no se ha detenido y los proyectos siguen en marcha. “Ha habido muy pocas suspensiones, o sea dos o tres en el sentido de poner en pausa que continuarán en unos meses, lo cual es muy entendible”, comentó Arturo Bañuelos, vicepresidente de Administración de Proyectos y Desarrollos de JLL México en entrevista con EL CEO.
Trabajadores acusan negligencia
Jesús Esteva Medina, titular de la Secretaría de Obras, dijo que obras públicas y privadas deberán acatar las medidas para poder continuar durante la contingencia.
“Buscamos en la medida de lo posible no suspender las obras que generan tantos empleos directos”, afirmó el funcionario el pasado viernes.
Estas medidas son:
- Garantizar suministro de agua, jabón, gel antibacterial, cubrebocas y termómetros.
- Tomar la temperatura con termómetro digital a todo el personal de la obra.
- Impedir el acceso a quien presente fiebre mayor a 38 grados o síntomas como dolor de cabeza, tos, dificultad para respirar o dolor de articulaciones.
- Evitar concentraciones de más de 10 personas en espacios cerrados.
- Mantener una distancia de 1.5 metros entre los trabajadores.
- Limpieza y sanitización de equipos herramientas y espacios de trabajo.
- En caso de detectar a alguien con síntomas, enviar un mensaje de texto con la palabra “covid19” al 51515 o llamar a Locatel al 565811.
No obstante, las condiciones en las obras son difíciles.
“En la obra en la que estoy trabajan al menos 300 personas”, acusó el empleado de una obra ubicada en Ejército Nacional que solicitó el anonimato, pese a que el gobierno ha suspendido las actividades que involucren la congregación de más de 100 personas.
En el trabajo han dado recomendaciones como guardar la sana distancia, no compartir herramientas y no asistir si tienes síntomas; pero dentro de la obra sólo hay baños portátiles en las obras que lavan cada tres días y tambos comunales para lavarnos las manos, las condiciones son realmente insalubres. Por el tipo de trabajo es muy difícil seguir estas recomendaciones
Hay personal encargado de revisar la temperatura de las personas que trabajan en la obra, no obstante, acusa que no reciben otro tipo de soporte por parte de la empresa como apoyos económicos para el transporte ni flexibilidad en los horarios de trabajo, que hasta el momento permanecen igual.
El CEO consultó a la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI) y la Cámara Nacional de Desarrollo de Vivienda (CANADEVI) y no reportan proyectos pausados. Por el contrario, se han agilizado las autorizaciones de algunos pausados en Paseo de la Reforma, informó la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, en conferencia de prensa.
Lo que si nos preocupa mucho son los trabajadores de la construcción, que ellos sí viven semana a semana entonces y podemos parar a lo mejor una semana, pero no es posible mantener a una plantilla de trabajadores sin hacer nada y si ellos no pueden desarrollar esto, los proyectos tampoco se entregan
Arturo Bañuelos, vicepresidente de Administración de Proyectos y Desarrollos de JLL México.
La industria de la construcción involucra directamente a 16 ramas de la economía, es responsable de 7.7% del PIB nacional y emplea a más de seis millones de personas en todo el país.
“La vivienda y la construcción son termómetro de el rumbo de la economía”, dijo Arturo Herrera, secretario de Hacienda, durante un evento de promoción de inversión en el sector durante febrero.
Es por ello que los proyectos no se han pausado y se han impulsado protocolos de cuidado promovidos desde la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción.
Aunque se han impulsado esas medidas, se acepta que pueden no ser suficientes. Para la parte corporativa, se han limitado las visitas en grupos a las obras y el personal ejecutivo y la población de riesgo trabajan desde casa.
Para quienes se encargan de la construcción es distinto.
“En las obras lo hemos querido implementar más, desafortunadamente faltan insumos en los proyectos, también llegamos a tener estaciones de lavado de manos, de cara, suplemento en gel y en algunas por falta de termómetros no lo usamos en todos, pero en los que se pueda y cada quién se va repartiendo en las entidades. Algunos tienen termómetros y toman la temperatura de la gente, o sea, es tratar de mantener al personal activo porque de lo contrario sería terrible para ellos y nos interesa tenerlos seguros también”, comentó el encargado de Project manager de JLL.
El project manager o gerente de proyectos es un tercero en la obra que se encarga primordialmente de asegurar que los desarrollos cumplan en tiempo y forma, además de prevenir eventualidades. Una de las recomendaciones es que cada presupuesto de desarrollo considere 15% del total para contingencias como éstas que se pueden presentar.
Sin embargo, la cultura de una persona o equipo que prevea esos temas dentro de una construcción aún no es tan frecuente; de acuerdo con sus estimaciones: al menos 60% de las obras ya contratan a equipos especiales, pero sigue existiendo desconocimiento hacia su actividad.
El CEO también consultó a Arturo Cardozo, segurista de obras, quien se encarga de brindar consultoría a constructoras para optimizar procesos de seguridad.
“En mi empleo tenemos garantizado el pago aunque la industria pare un mes, sin embargo, para la mayoría de los trabajadores no es igual”, aseveró.
Confirmó que las condiciones de la mayor parte de las obras son insalubres y lo atribuye a la naturaleza del trabajo mismo, a la necesidad de las constructoras por seguir generando ingresos sin pensar en los trabajadores y a la poca cultura de higiene por parte de estos.
“Aunque sean espacios abiertos, los trabajadores no pueden estar lejos unos de los otros, comparten herramientas, y ante eso no se puede hacer mucho porque las empresas no están dispuestas a parar”, afirmó.
La industria que cojea
Pese a que no se han reportado todavía proyectos cancelados, no es posible asegurar que no se cancelen o suspendan en el futuro y dichas decisiones se podrían dar durante abril aunque, según dice Bañuelos, no es posible realizar un estimado, pues las condiciones de la emergencia cambian todos los días.
En caso de darse una desaceleración en la actividad, la producción caerá en una industria que se mantuvo durante el 2019 con retrocesos históricos.
En Ciudad de México y Zona Metropolitana, es donde mayor número de contagios se esperan, debido a la alta densidad poblacional, por lo cual los gobiernos de esas entidades han ordenado también el cierre de establecimientos como cines, teatros, centros nocturnos, así como la cancelación de reuniones públicas y privadas, además de la reducción del personal de gobierno para que la mayoría cumpla sus funciones desde casa.
En Ciudad de México, además, se suspendieron la mayoría de los trámites, con excepción de los relacionados con desarrollo urbano, permisos de construcción.
“El otorgamiento de instrumentos relacionados con inmuebles ante notarios públicos siguientes: expedición de certificados de existencia o inexistencia de gravámenes vía telemática, constancias de adeudos de predial y agua, certificados únicos de zonificación de uso de suelo, sábanas para acreditar el valor catastral, registro de avalúos comerciales en SIGAPRED, consulta de instrumentos y expedición de copias certificadas y testimonios y constancias de Folios. Por lo que la actividad pública en estas materias seguirá operando con normalidad”, indica la gaceta del 23 de marzo.