A inicios del sexenio, Enrique Peña Nieto presentó un ambicioso Plan Nacional de Infraestructura que consideraba la ejecución de 744 proyectos de infraestructura y obra pública, un plan que requería la inversión de 7.7 billones de pesos.

A poco menos de un mes del fin de su administración apenas logró poner en operación 254, además de que otros 218 están en ejecución, 102 en fase de preinversión y 68 en etapa de licitación, según la plataforma de monitoreo Proyectos México.   

Esto representa el 60.5% de los objetivos del programa, según un estudio elaborado por la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).

De acuerdo con especialistas consultados por EL CEO, diversos factores externos fueron los que evitaron el cumplimiento de las metas de inversión del sexenio, como el incremento en el tipo de cambio y el aumento en los precios de los insumos básicos, como el acero y el cemento.

De acuerdo con el socio líder de industria de la construcción en KPMG, Alejandro Ruiz, la sucesión presidencial en Estados Unidos y la subsecuente política proteccionista de ese país también inhibieron las inversiones.

“Al interior, lo que afecta es la falta de planeación”, comenta el coordinador del área de Finanzas públicas del IMCO, Manuel Guadarrama.

“Hay una mala planeación por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Eso atiende a cuestiones estructurales y de falla normativa en el diseño orgánico. En promedio, lo que nos dice la cuenta pública 2017 -la última información consolidada- es que se han dejado de invertir 131,000 millones de pesos, aproximadamente 26% menos en cada presupuesto desde el 2013 hasta el 2017”.

Según el experto del IMCO, el presupuesto se ha enfocado en gasto corriente y en programas sociales, lo cual “no está generado un dinamismo económico. Solo 11% de la cuenta se dedica a obra pública”.

De acuerdo con datos de la organización México ¿Cómo vamos? la tasa de crecimiento de la inversión pública se ha mantenido en números negativos desde 2009 con ligeros incrementos en 2010, 2014 y 2018.

Durante esos lapsos, lo que ha mantenido con dinamismo a la industria ha sido la inversión privada, comenta Alejandro Ruiz de KPMG.

“Las obra privada se ha financiado por Afores, bancos y por vehículos de otro tipo como los FIBRAS y CKDs. Es lo que ha mantenido el ligero crecimiento de la industria”.

Ambos expertos coinciden en que la baja inversión productiva es en parte lo que ha limitado el crecimiento económico del país.

Falta diagnóstico y planeación

Aunque el Proyecto de Nación del gobierno electo también es ambicioso en cuanto a infraestructura, lo que le preocupa al experto del IMCO es que no se hagan los diagnósticos indicados y que la inversión se desperdicie en tecnologías que van de salida, como es el caso de las refinerías.

“Para financiarlos, podría existir un problema principalmente con las estimaciones que se tienen de una menor recaudación generada por las políticas de austeridad, que si bien van a recortar el gasto público, también generarán menos ingresos”.

Considera necesario que la futura administración reconozca las carencias en infraestructura y posterior a los análisis necesarios, invierta en medios alternativos de transporte y energías, así como en la reducción de trámites burocráticos.

Aunque destaca que la principal necesidad es la planeación a largo plazo, lo cual se podría lograr con una cartera de proyectos prioritarios que no respondan una administración, para ello propone la creación de un órgano técnico-administrativo desconcentrado que realice diagnósticos y evaluaciones de lo que se requiere.

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