El ‘legado’ de Jesús de la Fuente a Ángel Cabrera en la CNBV: crisis, escándalos y éxodo
El relevo en la presidencia de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) llega en un momento decisivo. A partir de septiembre, Ángel Cabrera Mendoza asumirá el cargo que Jesús de la Fuente Rodríguez ocupó desde noviembre de 2021, y con ello hereda un organismo marcado por crisis, presiones internacionales y un ecosistema financiero en plena transformación.
Desde la banca, ven con buenos ojos el relevo en el organismo regulador. El presidente de la ABM, Emilio Romano, aseguró que “trabajarán con mucho ahínco” para poder lograr los objetivos que ha marcado la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Sin embargo, el entusiasmo inicial contrasta con la magnitud de los problemas que Cabrera Mendoza deberá enfrentar. La CNBV no solo carga con la sombra de las acusaciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos en contra de Intercam, CIBanco y Vector Casa de Bolsa por presunto lavado de dinero.
También con el colapso de la financiera CAME, que dejó a más de 1.3 millones de ahorradores sin acceso a su dinero; además de autorizaciones pendientes y la llegada de nuevos bancos al ecosistema, como Mercado Pago, Nu, Plata, Revolut, Klar, entre otros.
El legado de Jesús de la Fuente: luces y sombras
Para algunos analistas, la gestión de Jesús de la Fuente estuvo marcada por una dualidad: avances numéricos, pero con un alto costo en efectividad. De acuerdo con Carlos Valderrama, director de Legal Paradox, el balance de su gestión, al menos desde la perspectiva fintech, es una paradoja.
En este sentido, el especialista explicó a EL CEO que, aunque hubo nuevas autorizaciones, los procesos fueron lentos, revelando una profunda desconexión con el ritmo que exige la innovación.
Su perfil, más teórico que técnico, definió su paso por la Comisión. Los romanos distinguían muy bien entre tener el cargo formal y ejercer el poder real; De la Fuente tuvo el imperium, pero careció de la potestas —la capacidad de influir y dirigir— y de la auctoritas —el prestigio moral para ejecutar con eficacia—. Su trascendencia se fue diluyendo en un mar de burocracia
afirma.
Valderrama precisa que durante su administración se otorgaron 65 autorizaciones fintech, más del triple que con su antecesor, pero el tiempo promedio para conseguirlas aumentó de 594 a 958 días, un retraso que puede ser una sentencia de muerte para el modelo de negocio de una startup.
Siempre podemos recitar el cómodo guion de las excusas: el éxodo de talento de carrera generado a partir del recorte de sueldos y prestaciones impuestos por López Obrador, procesos legados, la pandemia y, en general, el presupuesto limitado. Pero seamos serios. Ninguna excusa, por conveniente que sea, justifica tener a un proyecto innovador en el limbo por casi cinco años.
Los retos de Ángel Cabrera en la CNBV
El nuevo presidente de la CNBV recibe un organismo bajo observación global. Para Valderrama, “el tiempo de la simulación y la autocomplacencia se ha terminado”, y México está bajo un microscopio internacional tras las acusaciones de FinCEN, por lo que “se necesitan procesos de sanción ejemplares y un blindaje regulatorio que demuestre que el país se toma en serio el combate al lavado de dinero y al financiamiento al terrorismo”.
El nuevo presidente de la CNBV, Ángel Cabrera, no asume un cargo, hereda una doble crisis: por un lado la falta de credibilidad internacional que está que arde y por el otro lado, la falta de innovación doméstica que lleva años congelada. Su prioridad no puede ser una u otra; debe ser un estratega que combata en ambos frentes simultáneamente
dice Valderrama.
Simultáneamente, enfrenta un rezago interno en innovación. La CNBV acumula cinco años de retraso en la regulación secundaria en materia de Open Finance, no ha otorgado ninguna autorización de modelos novedosos introducidos por la Ley Fintech en 2018 y mantiene tiempos de aprobación que asfixian a nuevos jugadores.
Ley Fintech 2.0: una agenda impostergable
Por su parte, Álvaro Vértiz, jefe para América Latina y el Caribe de DGA Group, considera que Cabrera deberá operar en un delicado equilibrio entre recuperar credibilidad y acelerar la modernización del sistema.
Con la llegada de Ángel Cabrera, cuya experiencia promete ser un activo valioso, se abre una nueva etapa para continuar el plan de evolución del sector y abordar retos clave. Entre ellos destacan la resolución del caso FinCEN y sus consecuencias
precisa Vertiz.
Pero el analista va más allá, considera que el nuevo presidente de la CNBV también enfrentará el reto de la definición sobre el futuro de Banamex y su venta en la bolsa, la implementación de la nueva Ley del Mercado de Valores, así como una necesaria nueva Ley Fintech 2.0.
Será crucial seguir promoviendo las finanzas digitales y la competencia en el sector de pagos para fortalecer la innovación, la inclusión y la competitividad del sistema financiero mexicano
opina el jefe para América Latina y el Caribe de DGA Group.
Valderrama coincide en la urgencia de una Ley Fintech 2.0, que no regule el pasado, sino que construya el futuro. Una regulación que entienda que el país más poderoso del mundo cambio el rol de activos como bitcoin, las stablecoins como un vehículo de inversión masiva en deuda gubernamental y la revolución de la tokenización de activos reales.
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