Marcus Dantus: los consejos del tiburón para emprender y aprovechar la IA
En un país donde el emprendimiento suele traducirse más en autoempleo que en innovación con impacto global, Marcus Dantus, fundador de Startup México y uno de los tiburones de Shark Tank, pone sobre la mesa un cambio de enfoque: innovar no es abrir una empresa, es resolver un problema con valor real para el mercado.
“Las empresas se mueren por falta de clientes”, aseguró durante su participación en el Smart City Latam, el empresario dijo que en la gran mayoría de las personas que abren un negocio en México lo hacen si saber su mercado, gastan dinero, rentan un local, compran máquinas y cuando se dan cuenta que no hay consumidores ya es muy tarde.
Para el ‘tiburón’, la respuesta está en aplicar metodologías, como “Lean Startup”, que parte de escuchar al cliente desde el inicio: “Imagínate que tengo una lavandería en mi cuadra y tú tienes otra tres calles más allá. Nadie tiene incentivo para cruzar a la otra, son iguales. Pero si yo bajo y pregunto a mis clientes qué les gustaría, y me dicen que música, café o un sillón cómodo (…) entonces hago cambios. Ahí empieza la innovación”.
La estrategia secreta de Marcus Dantus
Dantus no se queda solo en lo micro. También cuestiona los incentivos estructurales que impiden que México destaque en innovación tecnológica a nivel mundial, por ejemplo, el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) que premia a los académicos por publicar, no por patentar, algo que tiene que cambiar.
En este sentido, dijo que el país necesita un sistema efectivo de transferencia de tecnología entre universidades públicas y el mercado, como ocurre en Stanford, donde hay alguien que licencia la tecnología, la universidad gana dinero y se alivia el erario al crearse crea “un círculo virtuoso con cosas hechas en México”.
A esto se suma, dice, una transformación cultural: “El dinero no es malo. Generar dinero como investigador no significa que te vendiste. Pero aquí culturalmente lo vemos así, y eso inhibe las patentes y el salir al mercado”.
Aprender a usar la inteligencia artificial… o quedarse atrás
Para Dantus, la inteligencia artificial (IA) no es una moda ni una amenaza: es la nueva gran revolución industrial, como lo fueron la mecanización, electrificación, computación, internet, aunque en todas hubo miedo, no quiere decir que sea una amenaza para los empleos de las personas.
Se perdieron empleos en la línea de producción, pero se ganaron empleos de alto valor. Con la IA va a pasar lo mismo. El problema es que la IA avanza más rápido que la educación y la legislación,
aseguró el Tiburón.
La recomendación de Marcus Dantus es simple: usarla como una herramienta para acelerar o eficientar procesos: “Hoy la uso mucho para marketing, para hacer cosas creativas: campañas, videos, textos. También un poco para análisis de mercado. Todavía no tanto en temas de contabilidad o finanzas, pero apenas está empezando”.
La clave, insiste, está en capacitarse en este momento para aprovechar todas las herramientas que ofrece la Inteligencia Artficial, tomar cursos, usarla como una aliada y no como un competidor: “Si eres joven y estás buscando empleo, aprender a usarla te va a dar ventaja. Y si ya trabajas, enséñale a tu equipo a ser más eficiente”.
¿Cómo encontrar una buena idea de negocio?
“Oportunidades hay millones”, dice Dantus sin dudar. “Cuando los emprendedores me preguntan de dónde sacar ideas, les digo: de algo que te moleste. Un tope mal puesto, una fila innecesaria en el banco. Todos son oportunidades”.
Su fórmula es clara: detectar un problema, combinarlo con algo que te apasione y resolverlo de forma diferenciada; pero advierte que si no te apasiona lo que haces, los primeros obstáculos te van a hacer renunciar y la empresa muere”.
Dantus también tiene clara la lista de errores que pueden hundir un emprendimiento. El primero: enamorarse de una solución sin validar si hay mercado, algo que pasa mucho con ingenieros o investigadores.
Segundo: no saber de finanzas: “Si no sabes leer un estado financiero, poner precios, calcular flujos… tu empresa está condenada. No se vale ignorar las finanzas”. Tercero: emprender solo, algo que lo vuelve aun más difícil.
Por último, el desenfoque: “A veces llega alguien al programa con un gran proyecto y cuando estamos listos para invertir, dice que también tiene una pastelería y un restaurante. Ya sabemos que no va a funcionar.
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