Los buques pueden permanecer anclados hasta por una semana en el Golfo de México con el GPS apagado, a fin de no ser detectados por elementos de la Secretaría de Marina. La tripulación de huachicoleros náuticos se mantiene a la espera de las indicaciones de sus cómplices, que normalmente son ingenieros de Pemex, a quienes se les paga entre seis y ocho pesos por cada litro de combustible robado.
Una vez que tienen luz verde, se adentran en los muelles de Pemex, y son abastecidos de hidrocarburo, el cual venden en México, Canadá, Estados Unidos y Centroamérica, por medio de una compleja red que incluye navieras, bodegas, factureras y empresas constituidas legalmente.
Estos barcos simulan dedicarse a la pesca o al apoyo logístico de la industria petrolera, pero en realidad son utilizados para el robo de crudo o combustible, y son operados por células de los cárteles Jalisco Nueva Generación, el Golfo y Los Zetas, de acuerdo con reportes de inteligencia de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), y que son parte de la filtración conocida como Guacamaya Leaks.
Una revisión documental de EL CEO revela que los huachicoleros náuticos utilizan barcos, navieras, factureras, distribuidoras terrestres y otras empresas para sus operaciones; muchas de estas siguen activas en la actualidad, e incluso, brindan servicios a la industria petrolera en el Golfo de México.
Una actividad que sangra a Pemex

El buque Doña Ángela María T., por poner un ejemplo, fue asegurado en abril de 2021 por la Fiscalía General de la República (FGR), luego que autoridades detectaron que supuestamente traficaba hidrocarburo robado en el Puerto de Isla del Carmen.
Se concentró en el Puerto de Isla del Carmen las embarcaciones Doña Ángela María T y el pesquero Don Álvaro IV por estar efectuando operaciones de posible tráfico ilícito de hidrocarburos
se lee en el reporte de la Marina.
Sin embargo, en la plataforma Marine Traffic se reporta esta embarcación como activa; de hecho, el 5 de mayo pasado el barco arribó a Ciudad del Carmen. Es decir, volvió a navegar después del aseguramiento y la carpeta de investigación por parte de la FGR.
Más involucrados siguen activos
La naviera propietaria del buque Doña Ángela María T es Naviera Integral S.A. de C.V., la cual sigue operando con normalidad. Pero no es la única que sigue activa pese a las investigaciones judiciales.
En 2019, la Sedena detectó que un célula de Los Zetas dedicada al huachicoleo en alta mar, la cual utilizaba las bodegas de la empresa Distribuidora FUVA de Ciudad del Carmen, y un año después la clausuraron, incluso la Comisión Reguladora de Energía le revocó su permiso para operar gas licuado; sin embargo, en su sitio web la compañía sigue operando con normalidad.
Otra compañía que ha estado en la mira es Mefra Fletes S.A. de C.V., la cual estuvo involucrada en el aseguramiento de 10 millones de litros de hidrocarburos en un buque y en varias bodegas en Tamaulipas, el pasado 31 de marzo.
Reportes de inteligencia muestran que a esta empresa ya le habían asegurado varias pipas de combustible robado. El 20 de enero de 2022, tres tanques cisterna fueron confiscados porque la documentación del combustible era falsificada. A pesar de este hecho, la empresa —ahora vinculada con el Cártel Jalisco Nueva Generación— siguió operando con normalidad.
El diario Reforma publicó que Mefra Fletes tiene una estrecha relación con Impulsora de Productos Sustentables (IPS), una empresa creada en 2013 en Guadalajara, Jalisco, dedicada a la compra, venta, transporte, almacenamiento y distribución de hidrocarburos.
En la relación entre Mefra e IPS, se destacan al menos 15 empresas factureras, fantasma y otras ligadas al Cártel de Jalisco Nueva Generación, según el diario.
Los buques que roban a Pemex
Entre 2019 y 2021, la Marina reportó el aseguramiento de cuatro embarcaciones dedicadas supuestamente al huachicol o hidrocarburo robado. Se trata del barco pesquero Don Isaac, el buque petrolero Blue Commander, el abastecedor Moisés y Doña Ángela María T.
Pero esa cantidad de embarcaciones aseguradas es mínima, según los reportes de las autoridades, en comparación con todas las que operan en aguas profundas y que se han detectado su uso para actividades ilícitas. La periodista Ana Lilia Pérez publicó en octubre de 2018 que la Marina había detectado al menos 90 barcos dedicados al robo de combustible en el Golfo de México.

El buque abastecedor de nombre Moisés era operado por la célula Pura Gente Nueva de Los Zetas. Según los reportes de inteligencia, el barco salía de Ciudad del Carmen, Campeche, con destino al muelle de Pemex en Ciudad Madero, Tamaulipas, una o dos veces por mes.
Todo dependía de la información y de su red de cómplices dentro de la petrolera. En cada golpe, el barco se llevaba entre 600,000 y 800,000 litros de hidrocarburo. El abastecimiento se concretaba en solo cuatro horas. Y para ocultar el robo, el grupo criminal utilizó facturas falsas o clonadas, que eran entregadas por personal de Pemex.
Para la operación utilizaron a la naviera Marítima Servicios y Suministros S.A. de C.V., al almacén Distribuidora FUVA de Ciudad del Carmen, y para la venta del combustible robado, también utilizaron factureras y a otras empresas legales.
Para los pagos que recibían por el huachicol, este grupo criminal contaba con sociedades offshore en paraísos fiscales y prestanombres.
A la red se sumaban funcionarios portuarios y otras embarcaciones a las que les vendían combustible. También utilizaron empresas para transportar y comercializar el hidrocarburo por tierra.
Venta de huachicol en alta mar
En enero de 2019, el buque Imiloa —propiedad de la célula Pura Gente Nueva de Los Zetas— cargó 745,000 litros de diésel en Coatzacoalcos y abasteció en alta mar a los buques Winchester y Chartres.

Imiloa solo formaba parte de una flota de 20 embarcaciones con las que contaba, hasta entonces, dicho grupo delictivo, y de la que formaban parte los buques Glory, MV Rollo, Isla Miramar, entre otros.
La estructura también contaba con buques de apoyo logístico y otras embarcaciones que directamente se dedicaban a la recolección del hidrocarburo en las instalaciones de Pemex.
Comercializar el huachicol
Las empresas que compran este material en alta mar son del sector petrolero en el Golfo de México, e incluso brindan servicio a las plataformas de Pemex, según los reportes de inteligencia de la Sedena.
Pero en tierra firme, también la industria de la construcción, principalmente, es la que compra este diésel robado.
A esto se agrega que venden este hidrocarburo a células huachicoleras independientes, en los estados de Tabasco y Veracruz.
Además, también tienen clientes en Texas, donde una empresa les compra diésel ruso D6, un combustible que se utiliza para plantas eléctricas o buques de gran tamaño.
Para realizar este tipo de actividad, el grupo Pura Gente Nueva de Los Zetas cuenta con contadores y empresas factureras. EL CEO intentó contactar a una de los despachos contables en el estado de Tabasco, pero no hubo respuesta.
Todo frente a los ojos de la Marina
Los huachicoleros de alta mar realizan sus operaciones con sigilo, pero en realidad no existe tanta vigilancia. Anteriormente, EL CEO publicó que en la zona marina de la petrolera solo hay 100 elementos de la Secretaría de Marina, más el personal de Seguridad Física de Pemex.
Apenas ese puñado de elementos custodian 115 plataformas petroleras ubicadas en el Golfo de México, según documentos internos de la empresa del Estado y testimonios de empleados y extrabajadores.
Los documentos filtrados de la Sedena revelan que los pocos golpes que han dado contra este tipo de huachicol, son resultados de trabajos de inteligencia. Como el aseguramiento de 10 millones de diésel ilegal en Tamaulipas, en marzo pasado.
Documentación falsa para el “huachicol fiscal”
El pasado 31 de marzo, autoridades federales decomisaron 10 millones de litros de diésel robado. El operativo se llevó a cabo en Tamaulipas, donde el buque Challenge Procyon arribó al puerto de Tampico con una supuesta carga de aditivos para aceites y lubricantes; no obstante, tras una inspección, se descubrió que transportaba combustible ilícito, a esta práctica se le conoce como “huachicol fiscal”.

Este caso destapó una cadena de complicidades más. Por ejemplo, Intanza S.A. de C.V., la compañía responsable de importar desde Estados Unidos los más de 10 millones de litros de diésel que se hicieron pasar por aditivos para aceites, tiene como a accionistas a socios del director de Administración en el puerto de Tampico, como reveló la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Inmunidad (MCCI).
Ricardo Ayón Rodríguez y Ramiro Rocha Alvarado, fundadores de Intanza S.A. de C.V., son socios del funcionario Antonio Martínez, y a pesar de esta relación, no lo despidieron, según MCCI.
La organización también publicó que el buque Challenge Procyon, en realidad tenía una carga de 20 millones de litros de supuesto aditivo, pero las autoridades solo reportaron que aseguraron 10 millones de litros.
Un caso por determinar
MCCI dio a conocer que Intanza, la empresa que importó el huachicol desde Beaumont, Texas, promovió múltiples juicios de amparo en donde reclamó la confiscación de 5 millones 460,000 galones de supuesto aditivo de su propiedad que equivalen, precisamente, a cerca de 20 millones de litros.
Para sustentar sus demandas, la empresa aportó la factura bajo la cual estaba amparado el supuesto aditivo emitida por la empresa texana Hevi Transport LLC y el pedimento de importación con fecha de 18 de marzo.
La Marina publicó un comunicado en el que precisa que será la FGR la cual determinará el volumen exacto del diésel asegurado.
Hasta el momento, este y otros casos permanecen en la impunidad.
También puedes leer:
- Axe Ceremonia: Diego Jiménez Labora, detrás del emporio musical marcado por la tragedia
- ADO: el ‘pacto’ para dominar las rutas de autobuses de pasajeros en el centro y sur de México
- ‘Hacemos dinero y nos cuidamos’: los chats de traders para alterar precios de bonos gubernamentales
- Cárteles: el dinero sucio que los bancos no han podido rechazar
- Carlos Martínez, el funcionario relacionado al FIFAgate que ‘engañó’ a Fox Sports México