Durante el segundo semestre del año, la economía mexicana siguió con su tendencia de desaceleración, producto de la baja en el campo y de la pérdida de ritmo de la industria y el consumo.

La estimación oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) de México, que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), reveló un crecimiento de 1.09% a tasa anual el periodo abril-junio de este año.

Este aumento, con ajuste estacionario, significó el peor resultado para la actividad económica del país desde los primeros tres meses de 2021, cuando se contrajo 1.64% -aún resintiendo los estragos de la pandemia-, es decir, en los últimos 13 trimestres.

Además, el incremento de 1.09% del PIB nacional estuvo por debajo de los pronósticos del mercado, cuya estimación promedio ascendía a una variación anual de 2.4%.

Históricamente, la actividad económica suele moderarse en los trimestres que siguen a las elecciones federales, especialmente tras las presidenciales. En específico, las tasas de crecimiento suelen ser más fuertes a inicios del año, con la mayor debilidad materializándose en el tercer y/o el cuarto trimestre

detallaron analistas de Banorte en una nota.

Economía mexicana por actividad

Por actividad económica, las primarias, que se vieron afectadas por los altos niveles de sequía, disminuyeron 2.23% anual en el segundo trimestre del año, tras un alza previa de 0.66%; en los últimos cinco trimestres apenas registra un avance.

Para las secundarias, referentes a minería, construcción, manufactura y energía eléctrica, el crecimiento fue de 0.48%, la menor variación en 13 trimestres y como consecuencia de la debilidad industrial en Estados Unidos.

Por último, las terciarias, que definen el comportamiento del consumo de los hogares, aumentaron 1.74%, siendo el nivel más bajo desde el primer trimestre de 2022; su talón de Aquiles es la pérdida de poder adquisitivo por el repunte de la inflación y la elevada tasa de interés.

A tasa trimestral, el PIB avanzó 0.22% en el segundo trimestre, contra un alza de 0.28% en el lapso previo; las actividades primarias retrocedieron 1.74%, las secundarias ascendieron 0.30% y las terciarias subieron 0.26%.

Señales positivas

Los especialistas de Banorte identifican algunas señales positivas para varios sectores en el corto plazo, como en la construcción, donde se espera que se inauguren distintos proyectos gubernamentales durante los próximos meses (incluye tramos del Tren Maya y el Tren México-Toluca).

Así, añaden, el impacto de la desaceleración en el gasto podría tardar más tiempo en materializarse. Esto se sumaría al impulso que se espera de la inversión relacionada con el nearshoring.

En servicios, se podría mostrar un mejor desempeño ante la normalización del calendario de pagos de los programas sociales, así como por la resiliencia de algunos de los fundamentales para el consumo, particularmente el empleo.

Por último, los analistas del grupo financiero señalan que en las manufacturas persisten más dudas ante la expectativa de una moderación en Estados Unidos, aunque la fortaleza del sector automotriz seguirá siendo un soporte relevante.

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