Actualmente Carlos Slim es conocido por ser uno de los empresarios más exitosos de México, posicionándose desde hace tiempo como el de mayor patrimonio gracias a su fortuna valuada en 101,000 millones de dólares, según datos del index de Bloomberg al 1 de febrero de 2024; sin embargo, los negocios no son lo único a lo que se ha dedicado.
El imperio del magnate tiene entre sus filas empresas como Grupo Sanborns, Grupo Condumex, Carso Infraestructura y Construcción, Carso Energy y también cuenta con participación en las telecomunicaciones, con firmas como Telmex y Telcel.
Una de las primeras incursiones de Carlos Slim en el mundo de los negocios fue cuando comenzó a trabajar en Inversora Bursátil, tras concluir sus estudios de ingeniería civil en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Para enero de 1966 el propietario de diversos inmuebles de la Ciudad de México y otras entidades del país comenzó a forjar los cimientos de su fortuna con la constitución de Inmobiliaria Carso, pero antes de eso tuvo un trabajo como académico.
¿En dónde y de qué dio clases Carlos Slim?
Durante su estancia como estudiante en la Facultad de Ingeniería de la máxima casa de estudios y previo a convertirse en empresario, Carlos Slim tomó la decisión de incursionar en el mundo educativo impartiendo clases.
El empresario mexicano compartió su conocimiento con sus compañeros universitarios gracias a que tomó la materia de cátedra en Álgebra y Programación Lineal.
El ingeniero, al final de su carrera universitaria, obtuvo el título como ingeniero Civil en 1963 con la tesis “Aplicaciones de Programación Lineal a algunos problemas de Ingeniería Civil”.
Preocupado por la educación
A través de la Fundación Carlos Slim, el empresario ha seguido destinando recursos al impulso de la educación en México con la implementación de múltiples programas.
Las iniciativas del dueño de Grupo Carso han ido desde becas hasta la creación de espacios educativos, tales como la Aldea Digital Iztapalapa o las más de 3,600 bibliotecas digitales localizadas en escuelas, bibliotecas públicas, casas de cultura y otros espacios de vocación educativa.
Además ha creado algunos otros programas que han influido en la formación de los estudiantes, tales como “Ayúdame a llegar”, en el cual se les otorga bicicletas a estudiantes de primaria y secundaria que viven en zonas rurales alejadas para que puedan trasladarse a su escuela.
También ha dado impulso a la iniciativa “Ver bien para aprender mejor”, en donde se les entregan lentes a los aprendices que lo requieren para apoyar así su desempeño académico y calidad de vida.
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